(Notio) El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, admitió que la Confederación General del Trabajo (CGT) quería «más» lugares en las listas para las elecciones que los que les asignó el Frente para la Victoria a sus postulantes para el Poder Legislativo nacional, pero negó que la relación entre el gobierno y central sindical se haya visto afectada.
Así, salió al cruce de las declaraciones de uno de los integrantes de la mesa chica del líder de la CGT, Hugo Moyano, Juan Carlos Schmid, quien había advertido que el sindicalismo “no estará en la primera línea de defensa del gobierno”.
El gremialista había considerado que “evidentemente” el kirchnerismo “decidió que el movimiento sindical ocupa un rol secundario en este proyecto” debido a que el moyanismo no pudo colocar representantes en los primeros lugares de las listas legislativas.
El propio Schmid y Julio Piumato conformaban las nóminas, pero al quedar relegados a lugares lejanos a las primeras posiciones declinaron sus aspiraciones.
Los únicos sindicalistas que integran las listas del kirchnerismo son Facundo Moyano, hijo del secretario general de la CGT, y Carlos Gdansky, del gremio metalúrgico.
“Estamos calientes, pero ahora es momento de análisis”, dijo el titular del sindicato de taxistas, Omar Viviani, pero también descartó una ruptura entre la central gremial y el gobierno.
«Algunos quisieran más otros quisieran menos, pero eso no es una limitante», dijo Aníbal Fernández y agregó: «La relación con la CGT es la misma que existió siempre. Es la columbra vertebral del movimiento y así lo cree la presidenta», enfatizó Fernández.
