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ANÁLISIS Y OPINIÓN

Las dudas sindicales demoran el aumento del sueldo mínimo

A raíz de los rumores en torno a Moyano, hay incertidumbre entre los empresarios.

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Las dudas en torno a la permanencia de Hugo Moyano al frente de la CGT son un factor adicional, de peso, en la demora del Gobierno en convocar al Consejo del Salario Mínimo.

Ahora, se baraja concretar la convocatoria antes de fin de mes, cuando el Consejo debió ser convocado a fines de julio, tal como se hizo el año pasado. Ese límite se debe a que el nuevo valor del salario mínimo debería regir sobre los salarios de agosto que se pagan en los primeros días de septiembre.

Lo que sucedió es que con las elecciones primarias en puerta, las fuertes diferencias entre los empresarios y los sindicalistas en torno al valor del salario mínimo convencieron al Gobierno de la conveniencia de postergar la convocatoria.

Es sabido que la CGT reclama llevar el salario mínimo de 1.840 pesos a $ 2.600, un alza del 41 por ciento, y los empresarios no quieren que supere los 2.300 pesos en cuotas, lo que equivale a un 25 por ciento.

Tras las elecciones, todos admiten que el poder de arbitraje del Gobierno se acrecentó tanto sobre el sindicalismo como sobre los empresarios. A eso se suma, la “interna” en la CGT que debilitó la posición sindical, y en particular la de Moyano.

En la Unión Industrial consideran que una suba del 41% del salario mínimo, si bien tiene una incidencia menor sobre los trabajadores registrados, podría incrementar la presión para reabrir las paritarias en muchos gremios que acordaron en torno del 24%, como el caso de los estatales. Y sería un “antecedente negativo” para los futuros convenios . Además, sostienen que con la crisis internacional en pleno desarrollo hay que cuidar el empleo, bajar la inflación y eso implica desacelerar los aumentos salariales.

En cambio, el moyanismo quiere que el Consejo del Salario no solo aborde el valor del salario mínimo sino que se actualice el seguro de desempleo, que tiene un tope de $ 400 mensuales. Y que el Gobierno suba el mínimo no imponible de Ganancias, elimine el tope de $ 4.800 para tener derecho a cobrar las asignaciones familiares y se supriman los valores más bajos del salario familiar para los que ganan entre 2.401 y $ 4.800.

Se interpreta que esta agenda de Moyano tiene un doble propósito: conseguir la mayor cantidad de “reivindicaciones pendientes” y quedar como el dirigente que defendió hasta último momento esas banderas, en caso de tener que dar en poco tiempo un paso al costado.

En el Gobierno evalúan actualizar el salario mínimo según el promedio de los sueldos de los últimos 12 meses: eso arrojaría un 30% en 3 cuotas.

En cambio, el reclamo de aumentar el mínimo no imponible de Ganancias no prosperará, por las necesidades fiscales, mientras se flexibilizaría el régimen de asignaciones familiares acorde a la actualización del valor de la asignación universal por hijo, como se hizo el año pasado.

 

Fuente: iEco

 

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