Desde ayer jueves, el Sindicato del Petróleo y Gas Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa, que conduce Guillermo Pereyra, decidió el estado de «alerta» en demanda de «la adopción de medidas de seguridad y preservación ambiental».
El sindicalista rechazó «la tensa situación sectorial, el pasivo ambiental en todas las áreas, el desinterés e indiferencia empresarial por la seguridad de los trabajadores y la ausencia de capacitación, inversiones en exploración, seguridad y mantenimiento de los yacimientos, lo que pone en serio riesgo la vida de los operarios y contamina el medio ambiente».
En un comunicado, el gremio indicó que el sindicato realiza asambleas en las localidades de Rincón de los Sauces, Buta Ranquil, Plaza Huincul, Catriel y Neuquén para informar al personal respecto de las gestiones realizadas reclamar «urgente medidas de seguridad».
Entre las situaciones que detallan, denuncian que “una empresa minera procura construir la traza de un ferrocarril por arriba de alrededor de mil antiguas piletas de material empetrolado y una batería completa enterrada y de forma artera tapadas».
Pereyra sostuvo que ello contamina «las napas acuíferas que conducen al Río Colorado», añadió que Las compañías deben proteger la vida de los trabajadores, quienes producen sus ganancias, los ingresos y la actividad económica privada, municipal, provincial y nacional», afirmó.
El dirigente puntualizó que el sindicato siempre se pronunció por «la paz social» pero no están dispuestos a esperar de brazos cruzados «¿cuántos compañeros muertos más se deben llorar? ¿Cuántos niños desprotegidos más necesitan las empresas para que cumplan con su deber?”, concluyó.
