Con el fin de luchar contra el trabajo esclavo, el ministerio de Trabajo y la Fundación La Alameda de Gustavo Vera, el dirigente que también dirige el Comité Anti Trata de Jefatura de Gabinete, ha lanzado el operativo «Hilo de Troya» para detectar prácticas abusivas en distintos establecimientos textiles.
La Alameda viene de festejar los 20 años en un acto celebrado en su sede de Parque Avellaneda al que asistieron el ex canciller Felipe Sóla y también contó con la adhesión del triunviro cegetista Pablo Moyano y otros jefes sindicales.
En la entidad destacan que en Argentina entre el 70 y 75% de la producción de indumentaria se realiza en condiciones informales y gran parte de las personas en ese ámbito se encuentran en situación de explotación laboral o han sido víctimas de trata. En su mayoría son personas migrantes de países limítrofes, que viven aislados de la realidad y bajo amenaza. Para que la Justicia pueda actuar rápidamente, desmantelar los talleres y darle una solución a los trabajadores para que puedan tener una vida digna, hace falta la denuncia de los trabajadores.
Por este motivo, Vera, junto a la funcionarios de la cartera laboral, impulsaron un programa para facilitar las denuncias. Se trata de «Hilo de Troya», por el que se ha logrado introducir una nueva marca de hilos en los talleres, cuyos carreteles incluyen un mensaje oculto. Según se explicó, al terminar de usarlo, el operario se encuentra con un sticker adosado al cono, alertando sobre sus condiciones de trabajo y a dónde recurrir para recibir ayuda.
En principio, el contenido refiere a los consejos que viene dando el Consejo Anti Trata en los últimos años: «si trabajas más de 12 horas seguidas sin descanso y tu salario es inferior a un salario mínimo, vital y móvil, podrías ser víctima de explotación laboral, llamá al 145 o mandá un mensaje al 1165460580 para recibir ayuda».
En Trabajo, en tanto, consideran importante que este tipo de medidas que tiendan a desarticular el trabajo esclavo, sean reglamentadas mediante una ley específica.
Lo cierto es que el programa apuntó a tender un puente “paralelo” con todos estos trabajadores que, privados del contacto con el exterior y trabajando bajo amenaza, en muchos casos desconocen cómo y a quién recurrir para terminar con la situación de abuso.