ANÁLISIS Y OPINIÓN

La unidad es invisible a los ojos

Por Duilio Ferro, columnista de Mundo Gremial.

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Foto: Matías Troncoso.

La foto de los cuatros secretarios generales de los gremios estatales más difíciles de domar de la provincia de Buenos Aires: Oscar de Isassi, de los estatales de ATE; Pablo Abramovich, de los judiciales de la AJB; Fernando Corsiglia, de los médicos de la CICOP y Roberto Baradel, de los docentes del SUTEBA presupone –al menos en los papeles- un frente de unidad. De unidad en la acción como le llaman.

Pero los cuatro jinetes, acostumbrados a cabalgar por las desfallecidas decisiones políticas y económicas de los distintos gobiernos de turno de los últimos 15 años, saben que esa unidad es incipiente y que aún falta mucho trabajar y moldear.

Los cuatros espadachines deben limar asperezas profundas de lo que alguna vez fue la Central de los Trabajadores de la Argentina. Aquella que nació en 1994 en el famoso grito de Burzaco y voló por los aires luego de las elecciones del 2010.

Isassi, Baradel y Abramovich tejen sin cesar (a puertas cerradas y en conferencias de prensa) la unidad en la provincia de Buenos Aires y empujan hacia arriba para que sus referentes nacionales, Hugo Godoy, en ATE; Hugo Blasco, Judiciales de la Nación y Sonia Alesso –junto con Hugo Yasky– en CTERA, repliquen esa foto a nivel nacional y, de esa manera, se articule el proceso de unidad en todo el país.

Si bien los referentes de los sindicatos estatales bonaerenses esbozan ese proceso en hojas milimétricamente pautadas y consensuadas, nada les es sencillo. Deben sortear y comprometerse a destruir la gran masa helada que separa la relación de Hugo Yasky con Hugo Godoy.

Una unidad en ese plano y una articulación política de esas figuras “determinantes” sólo pueden traccionar en todo el país un proceso de acumulación de masa crítica y dar una clara respuesta al clamor de unidad que piden y cantan las propias bases en cada movilización.

Nada es imposible dicen por lo bajo, pero dudan que el chancho chifle. Al menos por ahora. Habrá que ver que arrojan los números de las próximas elecciones de ambas CTA. En ese transcurrir ambas partes se medirán.

En tanto, a todas luces se construye para abril un gran paro de trabajadores estatales bonaerenses con una fuerte movilización a la Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires que jamás haya visto la gobernadora María Eugenia Vidal y que necesitará de su gabinete para entender y comprender ese fenómeno social que es el pueblo en la calle bajo una misma bandera y bajo un mismo reclamo.

Momentáneamente, hoy la unidad es invisible a los ojos.

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