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ANÁLISIS Y OPINIÓN

La relación obrero-ciudadano y el modelo sindical

Por Carlos Chino Fernández, columnista de Mundo Gremial.

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Los motivos que impulsan a los hombres a la lucha social, son de diverso tipo. Están los que van a la huelga en sus diferentes manifestaciones, por cuestiones salariales y por sus condiciones de trabajo. Están los que protestan, porque no cuentan con un salario, o por una gran cantidad de motivos que se relacionan con la situación de vida de la familia del trabajador.

Tanto un plano como el otro de la realidad, se modifican en cada momento de la historia y se expresan a través de las luchas, según la fracción social o capa social involucrada. Ahora bien; en el ámbito de la sociedad, los hombres se organizan para reclamar frente a empresarios, cámara empresariales, o frente al Estado. En los casos en que no hay un reclamo específico, los hombres también se organizan, para manifestar al resto de la sociedad por temas que le son de su interés.

Las organizaciones sindicales en gran parte de nuestra historia moderna, han sido las instancias por excelencia en contener las demandas en el campo económico-corporativo de los asalariados. El accionar de las organizaciones obreras, se hizo extensivo al conjunto de las familias de los trabajadores a través de las obras sociales y del trabajo con la comunidad. El modelo sindical que tuvo su máxima expresión durante los años ´40 y ´50, ya no es lo que era. Esta afirmación no implica como algunos piensan, en la desaparición total del modelo sindical, pero sí, nos habla de una transformación que ha impactado directamente en la representación social.

Este debilitamiento relativo del modelo de organización sindical, se da en un contexto con múltiples paradojas. Por un lado se multiplicaron las organizaciones sindicales en un contexto de fractura de las Centrales Sindicales de tercer grado, alterando la representación social y la relación entre el ser obrero y el ser ciudadano.

Veamos; el decreto ley 23 852 (2/11/1945) y la ley de Asociaciones Sindicales 23 551, son el corazón de legislación que avala el modelo sindical. En este marco, de 1 520 sindicatos reconocidos en el 2003, según el nomenclador del Ministerio de Trabajo existen al 2009 unos 2 994 sindicatos.

En los comienzos de 2012, los sindicatos existentes suman más de 3000 en un marco de fractura de la CGT y la CTA, cuyas causas al margen de las que responde al acercamiento o no al gobierno nacional, se explican por cambios estructurales: económicos-tecnológicos y culturales.

Según la normativa vigente, el modelo sindical se estructuró en derredor de una serie de ejes. Lo sustancial: Sólo se puede afiliar quien está en relación de dependencia. Prima la personería gremial, por sobre la inscripción gremial. La función del sindicato no es solo reivindicativa, sino que su accionar se expande a la protección de las condiciones de vida de la familia obrera. El modelo alienta la constitución de sindicatos por rama de actividad, cuya representación será unificada.

No obstante esto último, se han multiplicado los sindicatos con sola inscripción gremial (1200 aprox.), contra unos 1800 (con personería gremial). Al mismo tiempo, algunos procedimientos legales como el fallo de la Corte Suprema de Justicia  (caso “ATE contra el Ministerio de Trabajo sobre la ley de Asociaciones sindicales), sembró dudas y da lugar a que en otros casos, se habilite una negociación por parte de delegados de fábrica o empresa no necesariamente afiliados al sindicato de mayor representación.

Por su parte, el cuerpo de delegados o las comisiones internas de reclamos, se han multiplicado en los últimos tiempos, aunque esta situación no significa que el convenio-madre no sea necesariamente el de la organización sindical con personería gremial. En el 2011 el 72% (1339) de los convenios de trabajo fueron establecidos en el ámbito de la empresa, contra un 28% (525) por rama de actividad .

Si observamos el grado de sindicalización de la fuerza laboral argentina vemos lo siguiente. Sobre el final del gobierno peronista en 1954, existían 2 203 330 trabajadores con inserción gremial. Esto representaba alrededor de un 50% sobre la masa total de personas con empleo (4 369 600 trabajadores).

Hoy día, sobre 9 444 456 personas que tienen un puesto de trabajo, casi la misma cifra de entonces existen de sindicalizados. Esto es: 2 324 985. Lo que hace un 25 % o un poco más de trabajadores.

Peronismo y modelo sindical

El peronismo es el cemento cultural del movimiento obrero desde 1945 . Este principio no se expresa por consideraciones gremiales, sino que responde a la relación entre ser trabajador y ser ciudadano, en donde el estado justicialista lo garantiza a través de los derechos sociales y laborales.

Esta relación es la que se encuentra en transformación, lo que lleva a un momento de transición en la organización del movimiento obrero. No es forzando la realidad con los esquemas mentales e institucionales del pasado que lo vamos a resolver. Sino con el conocimiento de lo nuevo que emerge, iremos hacia la creación de las nuevas formas de representación social y políticas.

La unidad del movimiento sindical, se construye en primer lugar, en el proceso de vinculación con las nuevas expresiones sociales que la misma sociedad generó, fortaleciendo el proyecto nacional que el gobierno nacional conduce fijando los objetivos estratégicos.

 

 

 

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