La recuperación del empleo subió un 3,4% y empeoró la distribución del ingreso

El Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), adherido a diferentes gremios nucleados por la Confederación de Trabajadores de la Argentina (CTA) elaboró el noveno informe sobre el estado de situación del mercado laboral y destacó el aumento de personas ocupadas, la baja en la tasa de desempleo y la disparidad en la distribución del ingreso.

El informe fue realizado en comparación con las cifras recolectadas en los últimos trimestres de 2019 y 2021, y se destaca el significativo incremento en el número de ocupados que fue un 3,4% superior al registrado el año pasado. Ello permitió que la tasa de desocupación retrocediese hasta ubicarse en ese mismo trimestre en 7,0% sobre la población económicamente activa (PEA).

Respecto de la comparación en la previa a la pandemia de Covid-19, desde el CIFRA observaron “una composición del empleo de mayor calidad, en tanto incluye una proporción mayor de empleos asalariados registrados y un menor peso del empleo no registrado». Esto representa un auspicioso cambio de tendencia.

En promedio, el poder adquisitivo de los ingresos laborales aumentó sólo 1,6% entre los cuartos trimestres de 2019 y de 2021; de modo que queda aún 18,1% por debajo si se compara la situación con la vigente en el último trimestre de 2017, previo a la fuerte caída que tuvo lugar al final del gobierno de Mauricio Macri.

También advirtieron de que se mantiene un bajo nivel salarial con un “marcado empeoramiento en la distribución del ingreso, que profundizó el que ya había tenido lugar durante la administración de Cambiemos”.

Desde CIFRA señalaron que “persiste una importante desigualdad entre los trabajadores y se amplió la brecha entre quienes más y menos ganan”. Las cifras apuntan que en el cuarto trimestre de 2017 el ingreso laboral del 10% de los ocupados con mayor ingreso equivalía a 18,4 veces el promedio del 10% con menores ingresos; en el mismo trimestre de 2021 esa brecha creció hasta 24,1 veces.

La incidencia de la pobreza y de la indigencia resultaron del 36,1% y 8,0%, respectivamente, en el cuarto trimestre de 2021, mostrando niveles inferiores a los previos a la pandemia.

Por su parte, las políticas de ingreso como el haber jubilatorio mínimo, la Asignación Universal por Hijo y el salario mínimo, vital y móvil “no fueron utilizadas para empujar una recuperación de los ingresos reales y un descenso mayor de la pobreza”.

Mientras tanto, la nueva aceleración de la inflación desde inicios de este año, vinculada con el alza internacional de precios de alimentos y materias primas, pone dudas sobre la continuidad de ese proceso de reducción en la pobreza, y la recuperación del salario incluso para los trabajadores formales, protegidos por el mecanismo de la negociación paritaria.

El escrito concluye advirtiendo que “la baja en la tasa de desocupación implica para las y los trabajadores una situación de mayor fortaleza relativa; aunque con desigualdades muy grandes” y que “las políticas del Estado tienen incidencia –por acción u omisión– en la distribución del ingreso”.