La carrera por el sillón de Azopardo

Después de fuertes tensiones y cruces entre dirigentes, la Confederación General del Trabajo (CGT) oficializó la semana pasada la convocatoria a un Congreso Central Confederal y desde ese momento, con el 22 de agosto como fecha elegida para definir a la nueva conducción, los distintos sectores gremiales comenzaron a postular a sus candidatos.

El moyanismo fue el primer sector en formalizar e impulsarlo: Pablo Moyano. El hijo de Hugo es el hombre elegido y ya cuenta con el aval de más de 30 gremios que encuentran en el Adjunto de Camioneros al dirigente capaz de «defender los principios del modelo sindical argentino», aseguró a Mundo Gremial uno de los sindicalistas que fomenta su candidatura.

Pablo tiene el respaldo de Domingo Moreira de Ceramistas, el profesor Miguel Díaz del gremio docente UDOCBA, el canillita y exdiputado nacional Omar Plaini, de Sergio Sánchez del sindicato del Peaje, y de Marcelo Peretta, de Farmacéuticos y Bioquímicos y de las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas, entre otros.

Del otro lado, los Gordos e Independientes parecen ya tener elegido a su postulante. Todos las miradas apuntan a Héctor Daer, titular de ATSA Buenos Aires y uno de los secretarios generales del actual triunvirato de conducción.

Peleado con Pablo Moyano, el menor de los hermanos Daer se posiciona como el candidato del «ala dialoguista» de la CGT y contaría con el apoyo de los grandes gremios de servicios y los autodenominados independientes, como UPCN de Andrés Rodríguez, Obras Sanitarias de José Luis Lingeri, UOCRA de Gerardo Martínez y Comercio de Armando Cavalieri.

Un tercer candidato surge del sector del transporte ferroviario. Se trata de Sergio Sasia, el uno de la Unión Ferroviaria, que en el último tiempo comenzó a sonar como posible ocupante del máximo sillón de la sede de Azopardo al 800.

Sasia había aparecido como candidato previo a la elección del triunvirato y en aquel momento contó con el respaldo total del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) que lo integraban Omar Viviani (taxistas), Guillermo Moser (luz y fuerza), Norberto Di Próspero (legislativos), entre otros.

La danza de nombres ya comenzó, y la posibilidad de la aparición de un «tapado» nadie lo descarta.

Todo puede pasar en los próximos tres meses. Habrá negociación y búsqueda de consensos, todo por los votos necesarios para conseguir el tan ansiado sillón y la consiguiente definición de un programa de acción y lucha en defensa de los derechos del movimiento obrero.