ANÁLISIS Y OPINIÓN
La 113ª Conferencia Internacional del Trabajo: Un punto de inflexión para el sindicalismo de las Américas
(Enviados especiales desde Ginebra) Este lunes comienza una nueva edición del evento internacional más importante del mundo del trabahi. Uu evento crucial para el movimiento sindical de las Américas.

La 113ª Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT (CIT), que se celebrará del 2 al 13 de junio de 2025 en Ginebra, se perfila como un evento crucial para el movimiento sindical de las Américas. En un contexto global marcado por la precarización laboral, el auge de la extrema derecha y la erosión de derechos fundamentales, los sindicatos de la región, liderados por la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA), llegan con una agenda clara y combativa declarada en su ultimo congreso celebrado durante Mayo en República Dominicana.
Comisiones clave y agenda sindical
La CIT abordará temas de gran relevancia para los trabajadores, incluyendo:
* La protección frente a peligros biológicos en el entorno laboral.
* El trabajo decente en la economía de plataformas digitales.
* Estrategias para la transición de la economía informal a la formal.
Estas discusiones son fundamentales para enfrentar desafíos como la informalidad laboral, que afecta a más de 2.000 millones de trabajadores a nivel mundial. En Argentina, por ejemplo, se estima que el 60% de los trabajadores son pobres y el 94% no desea ser informal, pero el 95% se ve obligado a aceptar condiciones laborales informales para ser contratado. Esto sumado a las faltas de controles por parte de un gobierno que esta desmantelando el estado y su poder de policía.
La Comisión de Aplicación de Normas: un espacio de denuncia y vigilancia
La Comisión de Aplicación de Normas (CAN) de la OIT es un órgano tripartito que examina anualmente el cumplimiento de las normas internacionales del trabajo por parte de los Estados miembros, es el corazón de la OIT.
En esta edición, se prevé que la CAN analice casos de países como Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Perú, Haití, Brasil, Paraguay, Panamá, República Dominicana y Jamaica, en relación con convenios clave como el C87 sobre libertad sindical y el C98 sobre derecho de sindicación y negociación colectiva.
Casos emblemáticos: Ecuador y Panamá bajo la lupa de la OIT
Ecuador: un patrón persistente de represión sindical
En Ecuador, la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (CEOSL) denunció ante la OIT el incumplimiento sistemático del Convenio 87 sobre libertad sindical. Se reportan prácticas como la negativa al registro de sindicatos, la persecución de dirigentes y despidos masivos de trabajadores organizados, como en el caso de Coca-Cola. La falta de acción del Ministerio de Trabajo agrava la situación.
Panamá: represión estatal y criminalización del sindicalismo
En Panamá, la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente (Conusi) y el Suntracs denunciaron violaciones a la libertad sindical, incluyendo arrestos masivos, congelamiento de cuentas y declaraciones estigmatizantes por parte del presidente José Raúl Mulino. La OIT ha urgido al gobierno a cesar estas prácticas. Tuvimos la oportunidad de entrevistar uno de sis referentes Marco Andrade, secretario general de la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente (Conusi).
La CSA y la construcción de un nuevo contrato social
La CSA ha sido una voz activa en la articulación de una perspectiva común para América Latina y el Caribe, promoviendo un nuevo contrato social basado en equidad, protección laboral y justicia social. Su acción se extiende también a la organización de trabajadores migrantes y la articulación con otros movimientos sociales.
En la búsqueda de un convenio de la OIT para trabajadores de plataformas
Crece el respaldo sindical a una campaña que exige la adopción de un Convenio internacional vinculante y una Recomendación complementaria para proteger a las trabajadoras y trabajadores de plataformas digitales en todo el mundo.
Impulsada por la Confederación Sindical Internacional CSI y respaldada por redes regionales como REDTAC, la iniciativa denuncia que millones de personas que dependen de plataformas digitales —como repartidores, conductores o moderadores de contenido— están siendo excluidas de los marcos legales laborales. “Las empresas de plataformas ejercen control sobre los salarios, horarios y condiciones de trabajo, pero eluden la responsabilidad de cumplir con los derechos básicos”, denunció la confederación en la introducción de la campaña publicada en su página web.
El sindicalismo internacional defiende una norma sólida sobre riesgos biológicos en la OIT
Durante la primera discusión celebrada en la CIT de 2024, se acordó que los instrumentos normativos adoptarían la forma de un Convenio y una Recomendación. Sin embargo, en el nuevo “informe azul” de la OIT, la definición de “peligros biológicos” fue limitada a microorganismos y enfermedades infecciosas, excluyendo otras condiciones reconocidas como enfermedades profesionales.
La CSI aboga por una definición más amplia. “El instrumento debe ser exhaustivo”, sostiene el documento sindical, proponiendo que se incluya también el asma ocupacional, dermatitis, mordeduras de animales, envenenamientos por plantas y otros riesgos biológicos reconocidos. Según la organización, limitar el ámbito sería “un paso atrás” respecto a convenios existentes como el C155 sobre seguridad y salud, que ya reconoce estos agentes biológicos.
La propuesta actual incluye una lista de sectores considerados de alto riesgo (como la salud y los laboratorios), pero excluye áreas identificadas por los sindicatos como prioritarias, como transporte, la construcción, la minería, la silvicultura, la industria alimentaria, la hostelería, la industria manufacturera, la ingeniería, la industria textil, la pesca, el sector servicios, el deporte y el ocio, la educación y el sector público.
Una crisis global que interpela a los organismos multilaterales
La 113ª CIT se lleva a cabo en un momento en que los organismos multilaterales del sistema de Naciones Unidas, incluida la propia OIT, enfrentan una creciente crisis de legitimidad y eficacia. La política exterior de Estados Unidos, centrada en el unilateralismo, la presión financiera y el condicionamiento ideológico, ha debilitado históricamente el accionar independiente de estas instituciones. Este escenario impone un desafío mayúsculo: reafirmar el rol democrático, tripartito y autónomo de la OIT frente a los intereses geopolíticos de las grandes potencias. El sindicalismo de las Américas, al levantar su voz en Ginebra, también interpela el futuro de la gobernanza global del trabajo.
