ANÁLISIS Y OPINIÓN
Informe laboral de la UIA: números positivos con pedido de cambios de las normas laborales
La actividad industrial muestra una expansión que no se traduce en la misma proporción a la hora de contratar personal: incertidumbre económica y las leyes laborales, las causales.
Se dio a conocer el 4° Informe de Indicadores laborales de la Industria elaborado por el Centro de Estudios de la UIA (CEU) con datos a enero 2021 que arrojó este condensado que explica la situación en la que se encuentra el mercado de trabajo: “En enero, el empleo asalariado registrado en la industria tuvo una leve suba del 0,1% mensual (+1.513 puestos) que si bien mantuvo una evolución positiva se observó una clara desaceleración desde el pico de recuperación de septiembre (+0,4%). Con este desempeño, en parte producto de la muy baja base de comparación tras fuertes caídas ininterrumpidas del empleo industrial desde 2016, en enero se registró el tercer mes consecutivo con subas. Este incremento no fue suficiente para compensar la evolución del resto de los sectores. Este primer mes del año cerró con una caída interanual de 172 mil puestos asalariados en el sector privado”.
Y otra salvedad: parte de esa recuperación se debe a la incorporación de personal temporario para cubrir las dispensas de trabajadores licenciados por ser personas de riesgo. De acuerdo al relevamiento del CEU hablamos de un 12,5% de personal dispensado. Algo de eso vino a paliar la resolución conjunta del ministerio de Trabajo y Salud ya que fue un pedido, justamente, de la UIA.
A nivel global menciona también que hubo un crecimiento del empleo registrado, de 15.923 trabajadores respecto a diciembre “impulsado por la Construcción (+7.111 puestos), Educación, Salud y otros servicios sociales (+5.444) y Actividades inmobiliarias, empresariales y financieras (+4.174)”.
Desde el inicio de la pandemia, la pérdida de empleo registrado alcanza los 203 mil puestos (-1,7%), de los cuales 164 mil (-2,7%) corresponden a asalariados privados. Las Pymes fueron las que mayormente se desprendieron de personal; lo cual es lógico porque manejan una economía de escala.
El dossier aprovecha para reiterar un reclamo de vieja data: “Si bien hay un signo de recuperación moderado, aún hay dificultades asociadas a la debilidad de la demanda, la incertidumbre macroeconómica y las regulaciones laborales vigentes”.
En otro pasaje refuerza: “(…) de la encuesta se desprende que un 69% de las empresas relevadas contrataría personal adicional de no encontrarse vigentes las regulaciones actuales sobre el mercado de trabajo”. Y otro número que amplifica esta información: “El empleo industrial creció en enero un 1% i.a., pero su incremento fue menor que el de la producción industrial (+2,1%)”. Es decir que la actividad crece, pero no se contrata personal.
Y un último dato: un 38% de los encuestados “espera que aumenten las horas de trabajo”, pero “solo el 17% espera aumentar la nómina de personal”.
En ese sentido marcan la diferencia entre empleo público y privado; ya que éste último es el que refleja la expulsión de trabajadores. Lo grafica el siguiente cuadro:
La otra cara de la moneda muestra que en diciembre 2020 hubo registradas 521.000 empresas (-22.900, i.a.). En la industria, los empleadores alcanzaron 50.016 empresas, 858 menos que hace un año. Aún se encuentran por debajo del nivel prepandemia, con 302 empresas menos que en febrero del año pasado.
Complementa esa información la tasa de suspensiones, que en febrero se redujo a 9,6% ya que en enero había sido de 10,2% mientras que el promedio 2020 se había ubicado en 13,6%.