El caso de Tata guarda una particularidad a diferencia de cómo fueron dándose diversos casos de empleados de otras empresas. Podría decirse que desde el nombramiento de los delegados normalizadores hasta la huelga, la gravedad de la situación interna de Tata hizo que los hechos se dieran en tiempo récord.
Manifestación: desde primeras horas de la mañana, mientras los trabajadores de TCS estaban de paro, la Unión Informática se manifestó en la puerta de la compañía.
Manifestación: desde primeras horas de la mañana, mientras los trabajadores de TCS estaban de paro, la Unión Informática se manifestó en la puerta de la compañía.
Haciendo un breve repaso por este singular caso, los delegados fueron nombrados apenas tres meses atrás, formando una Comisión Interna tripartita que comenzó de inmediato a hacer eco de las realidades que aquejan a los empleados. La problemática no se diferencia del cuadro sintomatológico en el resto de la industria. Sin embargo, halla algunos escollos de gravedad, como los salarios que rozan el Salario Mínimo Vital y Móvil. Por otro lado, los índices de ajuste salarial además de ser paupérrimos o directamente nulos, son asignados discrecionalmente “por amiguismo” o relación familiar, según atestiguaron varios empleados que participaron de la huelga. Asimismo, imperan las diferencias salariales entre empleados que realizan similares tareas. Por otro lado, se sufre la presión de rendir cada vez más amén de las condiciones de trabajo, incluso de parte de los clientes, como es el caso del proyecto General Electric. Por último, se ha reportado que otros clientes presionaron para que se pague horas extra, traslados y comidas por trabajo fuera de horario.
A la par de la problemática salarial, existe un sesgo antinsindical y persecutorio en la conducta de la empresa, denunciándose casos de intimidación hacia empleados que buscaron organizarse sindicalmente. Sin embargo, es importante destacar que muchos trabajadores adoptaron una postura de valentía y compromiso al ignorar los denominados “aprietes” y se acercaron a participar con la Unión Informática.
Finalmente, y como otro puntal del reclamo en Tata, se ha denunciado por la supresión de beneficios en el sitio de trabajo, como la quita de dispensers de agua, infusiones, utensilios de cocina, e incluso papel higiénico dando motivos dudosamente “ecológicos”. Resulta llamativo que la empresa que brindaba servicios de cafetería, ofreció a Tata dar en forma gratuita las infusiones, y ésta se negó. Paralelamente, hay un deterioro en las condiciones de seguridad e higiene que ponen en riesgo a los empleados: lámparas que se han caído sobre los escritorios, copiosas goteras los días de lluvia e inundaciones en ciertas áreas.
Reunión: mientras se desarrollaba la manifestación, se suscitó una nueva reunión con los empleados de paro. Los delegados expusieron razones y objetivos de la medida apuntando a empleados que no habían participado de las anteriores asambleas. El apoyo fue general
Reunión: mientras se desarrollaba la manifestación, se suscitó una nueva reunión con los empleados de paro. Los delegados expusieron razones y objetivos de la medida apuntando a empleados que no habían participado de las anteriores asambleas. El apoyo fue general
Intentos de acercamiento
El relevamiento que ha realizado la Comisión Interna sobre los problemas arriba destacados dió lugar a una serie de solicitudes formales de parte de la Unión Informática para concretar una mesa de diálogo tendiente a solucionar los problemas más urgentes. La respuesta de la empresa fue la indiferencia y la negación de la calidad de gremio de la Unión. Esto se reflejó en un episodio donde el Sec. Adjunto, Christian García, abordó a la gerente de RR.HH., María Cristina Sánchez, y ésta negó su solicitud de reunión. Más allá de la irrespetuosa actitud de la funcionaria, la presencia del Secretario y el vocal responsable de los asuntos gremiales en Tata, Martín Molinari, dió lugar a una asamblea espontánea de la que participaron más de 40 empleados pese a la mirada vigilante de gerentes y supervisores que buscaban intimidar a los participantes. En la misma se delineó los pasos a seguir de forma conjunta entre empleados y sindicato.
Oficinas desiertas
A posteriori se realizaron otras asambleas cuyo indicador fue el creciente número de participantes. Tanto en la sede de Juventud Sindical el pasado 31 de octubre (ver también nota ‘Reseña de la asamblea del 31 de octubre‘), como ayer 12 de noviembre en la plazoleta frente a la sede de la empresa. En esta última, cuyo motivo era votar si ir a la huelga ante la indiferencia y el destrato de Tata. Los más de 60 participantes votaron en forma unánime por ir a la huelga hoy 13 de noviembre.
Oficinas vacías: la huelga se hizo sentir, pasillos y oficinas permanecieron atípicamente desiertas gracias a la alta adhesión de los empleados.
Oficinas vacías: la huelga se hizo sentir, pasillos y oficinas permanecieron atípicamente desiertas gracias a la alta adhesión de los empleados.
A primeras horas de la mañana, la Unión Informática montó una manifestación en forma conjunta al paro de sus empleados quienes permanecieron apostados en la plazoleta frente a la empresa. La adhesión a la medida fue masiva, guardando como postal de la jornada los pasillos y oficinas completamente vacíos en Tata sin que nadie opte por ingresar a trabajar. Esto refleja a las claras el hastío y frustración de los trabajadores en vistas a la explotación y destrato de parte de Tata, y que en todo momento permanecieron codo a codo con los miembros del sindicato. Nuevamente, la presencia de gerentes y demás personal jerárquico no sirvió en absoluto para intimidar a ningún empleado, que evidentemente no tienen ningún temor.
Para la media mañana, se realizó una reunión general en la plazoleta donde los delegados de la Comisión Interna brindaron unas palabras sobre las razones y objetivos de la medida y se exigió una vez más que la empresa tome acción frente a la grave situación.
Al cierre de esta edición aún se esperaba el acercamiento de los responsables de Tata a dialogar para solucionar la acuciante situación salarial. No se descartan futuras medidas si la empresa permanece en una postura pasiva.
