El reciente acuerdo paritario sobre condiciones laborales de los trabajadores docentes en contexto de pandemia evidenció las diferencias entre las representaciones sindicales de la CGT y CTA.
Es que tras el anuncio realizado por la CTERA, confederación de gremios docentes enrolada a la CTA de Hugo Yasky, los tres sindicatos docentes con representación nacional adheridos a la CGT salieron a marcar la cancha y distanciarse de la entidad que conducen Sonia Alesso y Roberto Baradel.
La Unión Docentes Argentinos (UDA), la Confederación de Educadores Argentinos (CEA) y la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET) aclararon que aún no aceptaron el acuerdo, aprobado por mayoría -CTERA y SADOP (este último de CGT)- en la reunión del pasado 4 de junio y oficializado por el ministerio de Educación que lidera Nicolás Trotta.
Los gremios de la CGT argumentaron no contar con mandato para aceptar la propuesta durante el encuentro paritario, se abstuvieron y solicitaron un cuarto intermedio, explicó la cartera educativa.
Pero horas después, desde las conducciones gremiales explicaron que «las circunstancias impusieron que los sindicatos de la CGT se diferenciasen de la CTERA porque interpretaron de forma distinta las urgencias» y, en un comunicado, fundamentaron «un punto de vista distinto al de la CTA».
«Ello ocurrió en relación con los temas que propuso el ministro Trotta. Los docentes de la CGT reafirmaron una clara posición sindical en el contexto de la tarea extraordinaria que realizan cientos de miles de trabajadores del sector, que tienen en la pandemia necesidades insoslayables que atender», señalaron.
Los tres sindicatos reclamaron un cuarto intermedio para continuar dialogando respecto de «las impostergables necesidades de los docentes reemplazantes, que no tienen trabajo y obra social y que tampoco perciben el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) durante la grave pandemia de coronavirus», afirmaron.
En distitans presentaciones solicitaron que se incorporara a la negociación paritaria «cuestiones que apremian al sector y son impostergables», concluyeron.
Entre otros puntos, pidieron licencia inmediata de los docentes con hijos menores durante la cuarentena educativa a quienes lo requieran, proveer a cada docente una computadora y un celular adecuado para el trabajo virtual y un bono compensador por gastos, retroactivo al 23 de marzo, fecha de inicio de la cuarentena.
Para las organizaciones gremiales, esa situación significa «una cuestión de neto carácter alimentario» y, además, enfatizaron que, en tanto llegan «los recursos tecnológicos al personal, se impone percibir una compensación por las erogaciones que realizan de sus bolsillos para sostener el vínculo pedagógico».
«Al no cumplir tareas en el aula, los trabajadores invierten dinero para abonar luz, internet, celulares y notebooks, por ejemplo, lo que suma otro golpe a los salarios».