Ante la demorada incorporación de los movimientos sociales a la CGT, Pablo Moyano recibió a una delegación de la UTEP con la que coincidió en la necesidad de elaborar documentos conjuntos en 2022 referidos a la defensa de los trabajadores asalariados y de la economía popular y poner en discusión la manda de “Tierra, Techo y Trabajo”.
Es que finalmente no se creó un departamento u observatorio dentro la central obrera para incluir a la Unión de Trabajadores de la Economía Popular. Ante esta pasividad de la nueva conducción unificada, Moyano pareció tomar la delantera y brindar un gesto a dirigentes como Juan Grabois (MTE) y Dina Sánchez (Frente Darío Santillán), al recibirlos en la biblioteca de la sede de calle Azopardo con otros jefes sindicales como Omar Plaini (Canillitas) y Paco Manrique (Smata).
El propio Grabois fue el que blanqueó el encuentro a través de un posteo en sus redes sociales: “debatiendo con dirigentes de la CGT y la UTEP cómo garantizar los derechos y el salario de todos los trabajadores y trabajadoras sean o no asalariados, evitando abusos y proyectando un país con tierra, techo y trabajo”.
Cerca del camionero quisieron diferenciarse del sector de “Los Gordos” que tiene peso en la conducción de la central al asegurar que “les debíamos a los compañeros de las organizaciones una reunión”.
Por su parte, Dina Sánchez, también secretaria adjunta de UTEP, explicó que “la reunión tenía como objetivo poder intercambiar cómo está el sector de la economía popular y como están los trabajadores asalariados. Planteamos la preocupación que tenemos frente a la situación económica que estamos viviendo y el impacto que puede tener la negociación con el FMI y volvimos a manifestar la necesidad de avanzar con un salario básico universal. También hablamos de la necesidad de fortalecer la articulación entre las trabajadoras y trabajadores de la economía popular y la CGT”.
Es que hay varios sectores de la UTEP que se oponen al acuerdo que el gobierno intenta firmar con el Fondo y así quedó demostrado en los discursos por el acto de los 20 años del “Argentinazo” del 2001.”No estamos de acuerdo y queremos que se investigue la deuda. El acuerdo se va a terminar firmando pero hay preocupación para que no sean los mismos sectores quienes paguen las consecuencia de esa deuda”, explicó a este medio.
Al ser consultada sobre la demora de la incorporación de los movimientos a la CGT, la dirigente dijo que “tenemos proyectos para trabajar de manera conjunta en 2022 con documentos o mesas de trabajo. El objetivo final es estar dentro y por eso estamos afianzando miradas. Gran parte de la CGT estaba de acuerdo con el observatorio pero somos conscientes que ese paso no se puede dar de la noche a la mañana”.