Pese a que en pleno furor por el teletrabajo por la emergencia sanitaria fue motivo de análisis, el gobierno ahora rechazó que pueda implementarse una reducción de la jornada laboral en Argentina y, así, pareció minimizar la posibilidad que avancen en el Congreso proyectos presentados por dos diputados de extracción sindical que conforman en bloque oficialista.
Hace unos días los diputados Hugo Yasky (CTA) y Claudia Ormaechea (La Bancaria) presentaron sendas propuestas para disminuir la jornada laboral como una forma de aumentar la fuerza laboral. El primero plantea que «la duración del trabajo no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta horas semanales» mientras que la iniciativa de Ormaechea promueve que «la duración del trabajo no podrá exceder de seis horas diarias o treinta y seis semanales».
En este marco, el ministro Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) calificó como «imposible» plantear la reducción de la jornada laboral en momentos en que el Ejecutivo intenta que las empresas contraten una mayor cantidad de personal en lugar de asignar horas extras a sus empleados.
El año pasado al menos un colaborador del funcionario había deslizado que la reducción de la carga horaria -un debate que se instaló en varios países en paralelo a las restricciones a la movilidad devenidas de la pandemia- era un tema “interesante” para estudiar.
Pero ahora el gobierno intenta volver a la normalidad del mercado de trabajo y de hecho ha pedido que a partir de septiembre los estatales nacionales vuelvan a la denominada “presencialidad cuidada”.
En este contexto, Kulfas, en declaraciones radiales, sostuvo que “hay que ser cuidadosos con ese tema porque en los países donde ha habido avances en este sentido son países desarrollados y en general han incorporado un esquema de reducción proporcional del salario, porque estamos hablando de países donde el mercado laboral está muy desarrollado».
Frente a la caída de los salarios por la aceleración inflacionaria de principios de año, el funcionario admitió que hoy «es imposible plantear una reducción de la jornada laboral con reducción del ingreso«.
En la misma línea se manifestó Teddy Karagozian, empresario y dirigente de la juventud de la UIA, que la emprendió contra el ex diputado y abogado laboralista Héctor Recalde. «Reducir la jornada laboral es una tontería atómica porque es no reconocer cuál es el problema en Argentina. El problema del país es que las empresas se están yendo y que aún con salarios de u$s 300, u$s 400 y u$s 500, las inversiones no vienen producto de la cantidad de regulaciones que tiene y que los Recalde y los que están proponiendo esto de reducir la jornada laboral, es realmente patético».
En este sentido, el dirigente sentenció que «reducir la jornada laboral es como dijo el ministro Kulfas. Una barbaridad atómica y un despropósito».