ANÁLISIS Y OPINIÓN

Forzada por la salida de Moyano, la CGT convocó a un paro general

Por Nicolás Alberio, columnista de Mundo Gremial.

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A pocos días que los Camioneros de Moyano formalizaran su retiro del Consejo Directivo de la CGT, el Triunvirato, conformado por Schmid, Daer y Acuña, anunció un paro general para el 25 de septiembre. La medida de fuerza es la cuarta en la era Macri, pero exhibe más la crisis interna de la central obrera que el descontento por la políticas económicas adoptadas por el gobierno.

El día martes, con un dólar todavía a 32 pesos, los triunviros fueron hasta la Fraternidad para declarar la huelga.  No pasó desapercibida la ausencia de casi la mitad de los grandes sindicatos. La más resonante fue la de los Camioneros, quienes días atrás habían hecho público su alejamiento de la conducción de la confederación.

Al gremio con mayor poder de fuego del país se le sumaron los mecánicos del Smata, como así también, la mayoría de los referentes de la Corriente Federal, de la confederación de la energía (Catheda) y los que integran las 62 Organizaciones.

Presente estuvo, en cambio, el ferroviario Omar Maturano. El maquinista, anfitrión del encuentro, lanzó un discurso encendido con una defensa a la conducción cegetista y críticas severas a los opositores internos. Hizo más hincapié en ellos que en discutir o protestar por las políticas económicas del gobierno.

Para respaldar al triunvirato también concurrieron los «independientes» de diálogo fluido con el Gobierno como Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). A pocos sorprendió que referentes de versiones previas de la CGT como el metalúrgico Antonio Caló (UOM) y el gastronómico Luis Barrionuevo respaldaran el llamado al paro y también a la jefatura de la central.

La crisis económica con el correr de los días se agrava a una velocidad inusitada. Ni el más catastrofista de los opositores al gobierno podía prever la aceleración de la devaluación que sufre el dólar, con las consecuencias que trae aparejado en las condiciones de vida de los asalariados.

Pero mientras la economía marcha sin rumbo, el panorama no es muy distinto dentro de la CGT. El triunvirato no termina de conformar a nadie. Ni a propios, ni ajenos. Las bases le muestran su disconformidad y aún se recuerda cuando a estos dirigentes les robaron el atril y debieron refugiarse en la sede de Comercio cuando se los perseguía al grito de “poné la fecha la p… que te parió”, en referencia al paro que no querían anunciar.

Grandes sectores del sindicalismo comienzan a radicalizar, cada vez más, su postura con el gobierno nacional. Entre ellos, la figura más importante es, sin dudas, la del camionero Hugo Moyano, quien considera a Mauricio Macri como el responsable de sus causas penales y le reprocha al Triunvirato no haber hecho ni siquiera un pronunciamiento sobre la multa que le impuso al gremio el Ministerio de Trabajo de la mano de Triaca.

En este contexto, la CGT anuncia un paro general no tanto por disconformidad genuina con las políticas adoptadas por el gobierno, sino para no ser más oficialista que el oficialismo.

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