Conéctate con nosotros

ANÁLISIS Y OPINIÓN

El regreso de la tendencia sindicalista

Por Carlos Fernández, columnista de Mundo Gremial.

Publicado

|

 

La tendencia sindicalista nace en la Argentina aproximadamente a principios del siglo XX, extendiendo su influencia dominante, hasta mediados de los años ´30 .

Ciertos elementos de la historia del movimiento obrero europeo (especialmente de Francia e Italia), fueron importados por la inmigración de la fuerza de trabajo a nuestro territorio.

Esta tendencia se asentó principalmente en los sindicatos de trabajadores marítimos y ferroviarios de la época y, por estar su actividad estructurada en función del comercio exterior, formaba parte del soporte principal del modelo agro-exportador.

La tendencia sindicalista se caracteriza en su accionar por la prescindencia política ante los diferentes gobiernos. Su eje fue puesto en la autonomía del sindicato y en la lucha económica directa. Su principal arma fue la huelga reivindicativa. Su dominancia en relación a las otras tendencias dentro del movimiento obrero, coincidió con la emergencia del Yrigoyenismo. No obstante su comportamiento, nunca dejó de establecer una relación de diálogo con el radicalismo de entonces.

Es en última instancia una tendencia clasista, que veía la política parlamentaria como ajena, como a un espacio propio de la burguesía.

La declinación de su influencia coincidió con la profundización del desarrollo industrial diversificado, que tiñó nuestro país en un proceso que se dio en llamar: Sustitución de importaciones.

Hoy día a la luz de la historia

En esta etapa histórica, podemos observar algunos tópicos representativos de aquella corriente sindical. Se vislumbra en principio, con el surgimiento del MTA (1994), con la creación de la Corriente Nacional del Sindicalismo Peronista, CNSP (2009) y más recientemente en la CGT-Azopardo en 2012.

Los sindicatos que se identifican con la CGT Azopardo, ponen el acento en la lucha reivindicativa y en el fortalecimiento del sindicato. Negocia con los diferentes gobiernos, pero piensa la construcción de un poder político propio hacia el resto de la sociedad. A pesar de su ascendencia peronista, su comportamiento político va más allá del PJ, cuya descomposición se agravó en los ´90 y se consolidó a partir de 2001.

La crisis generalizada de representación política en 2001, hizo que esta corriente emergiera en el seno del movimiento obrero y se replegara en sí misma, pensándose como motor y mentora de un nuevo proyecto político. Coincidió fundamentalmente con el gobierno nacional entre 2003 y 2011.

Hereda del pasado la impronta soreliana de la acción directa y la huelga reivindicativa, pero a diferencia del pasado, porta en su ADN la visión política doctrinaria que el peronismo del ´45-55, le supo otorgar. Hoy no solo se ve como columna vertebral del movimiento nacional, sino como garante de la doctrina justicialista que el PJ supo abandonar en los ´90.

El eje está puesto en el sindicato de camioneros, soporte del comercio exterior, como ayer lo fueran los ferroviarios. El desarrollo industrial iniciado con la crisis del ´30 y profundizado por el peronismo en los ´50 trasladó a los sindicatos industriales el eje de la representación obrera (UOM). Hoy vuelve a virar la representación de la reivindicación a los gremios del transporte de carretera a pesar de la recuperación industrial de los últimos años. Lo que indica que las bases de poder de la Argentina agro-exportadora financiera no se han modificado sustancialmente.

La recuperación de la relación entre el capital y el trabajo asalariado a través de las paritarias, la creación de 5 millones de puestos de trabajo, no fueron suficientes para torcer definitivamente el poder de los sectores concentrados en la Argentina. Dato que se materializa en el desenvolvimiento del ciclo industrial que no obstante de producirse en su fase ascendente, no logra incorporar a la totalidad de la fuerza de trabajo disponible. Un sector importante de nuestra población ha quedado definitivamente por fuera de las relaciones capitalistas industriales de producción.

Lo que fuera a principio del siglo XX la lucha por la jornada de 8Hs, y la lucha por la incorporación de población en las nuevas relaciones industriales, hoy lo expresa la existencia estructural, no transitoria de segmentos de trabajadores, por fuera de la producción y de la vida económica formal en condiciones precarias y no registradas.

A pesar de su adscripción a la doctrina justicialista y de ser artífice principal de la obra del peronismo, esta tendencia sindicalista podría estar expresando de manera subterránea, un cuestionamiento a las bases mismas del modelo sindical tal como fuera concebido por el peronismo, justamente por la naturaleza de sus mismas raíces pre-peronistas.

 

Somos una agencia de noticias sindicales. Nuestra misión es dar un espacio de encuentro e información a todos los sectores de la actividad, sin discriminar su capacidad y potencial

Seguir Leyendo
Aviso

Copyright © 2018 MUNDO GREMAIL. Desing by | dosveintiuno