El primer trabajador

Han pasado 90 años desde la creación del primer grito patrio que se hizo voz. Un pueblo hundido en la miseria y la desesperanza que solo la falta de derechos y el desinterés de la nación puede traer.

Hace 90 años comenzaba la primera luz de esperanza con un pueblo que se hacía eco de los procesos anteriores donde miles de trabajadores de nuestra patria dejaron su vida a sangre, sudor y lágrimas.

El colectivo de unos pocos luego se transformó en grito de muchos y pudo interpretar las ansias de una sociedad que tenía sed de justicia y de igualdad.

Fueron décadas cruentas, un invierno que parecía eterno hasta la llegada de Juan Domingo Perón.

Lo decía Mariano Moreno en su proclama de independencia un siglo antes “la libertad de los pueblos no puede quedar en papeles solamente”. Es así que el noble sacudimiento de una nación dio paso y espacio a un compañero, el primer trabajador.

Fue recién en 1945 que esa voz pasó a ser un voto y pasó a contar en la historia de nuestra Argentina.

Nunca más desde ese entonces, aunque trataron de proscribir a la CGT, el movimiento obrero calló su voz.

Mantuvo siempre prendida la llama de la justicia social y la dignidad desde el convencimiento de un pueblo consciente de sus derechos, y que se transformó en consecuencia, como dijo Evita, en un movimiento indoblegable.

La CGT nació en 1930, pero el peronismo encarnó ese llamado de justicia social. Es de los pocos movimientos políticos en el mundo que nació de un sentimiento y se transformó en una doctrina.

Muchos otros quisieron desde los libros y la academia pensar en proyectos que pretendieron instalarse en la sociedad, pero no lo lograron.

Y no lo lograron porque la columna vertebral es un sentimiento que termina en una cabeza que marca y ordena las esperanzas de un pueblo que desde entonces no dio marcha atrás.

El movimiento obrero, el movimiento sindical, es un sentimiento y como tal tendrá vida en cuanto tenga vida la humanidad sobre este mundo.

90 años de un primer grito que se hizo letra, y que el General Perón como los referentes que han seguido en la historia han logrado materializar humanizando las políticas en pos de una nación cada vez más unida, cada vez más empática, cada vez más profunda.

Las raíces nos identifican, las edificaciones nos encuentran y los derechos que ampliamos en la historia de nuestro país nos dan la esperanza y el convencimiento real para poder construir una sociedad donde reine para siempre, el amor y la igualdad.

* Secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor – SMATA