El sindicato de municipales porteños (SUTECBA), que conduce Amadeo Genta hace casi 40 años, tiene elecciones el año que viene y ya se respiran aires de cambio. El octogenario dirigente se mantiene en la cima del gremio desde la vuelta de la democracia y su pragmatismo le ha permitido mantener una buena convivencia con los gobierno macristas.
Hoy sobrevive con una conducción agotada, con dirigentes que superan los 80 años y que la pandemia los dejó encerrados, expuestos en una lógica analógica, y con serios problemas a la hora de explicar el posicionamiento que tienen con el gobierno de la Ciudad.
“Podríamos hablar que son la garantía para que el macrismo funcione”, dice un fuerte critico. Esto se explica por las faltas de medidas contra una gestión que tercerizó a miles de trabajadores desde que asumió en el 2007. “El monotribustismo en el Estado es un invento macrista avalado de lleno por Amadeo Genta”, afirma el delegado consultado por Mundo Gremial.
La precarización quedó expuesta con un trágico suceso que derivó en la muerte de la trabajadora de tránsito Cinthia Choque en septiembre del año pasado mientras realizaba un control de rutina en el barrio de Palermo. En el accidente también resultó gravemente herido un compañero, sin ART y a la deriva.
Ambos prestaban tareas para el Gobierno porteño y estaban registrados como monotributistas, al igual que todos los agentes del sector. Lo llamativo fue la posición pasiva del sindicato, llevando a la duda un acuerdo tácito entre la gestión macrista y Amadeo Genta.
En ese marco, el crecimiento de la Seccional Capital de ATE, que conduce Daniel Catalano, es sostenido y notorio en algunos sectores de la Ciudad, empezando por sectores de la Salud, aprovechando las “grietas” en la representación del SUTECBA frente a la precarización del empleo público en doce años de macrismo en la capital porteña.
Pero, a pesar de todo, Genta supo sostener su poderío, siendo “pieza clave para la gobernabilidad del PRO”, como señaló el periodista Francisco Basualdo en Letra P.
Hoy el sindicalista se apoya en la pata peronista del macrismo, liderada por Cristian Ritondo y Diego Santilli, el “vaso comunicante con el gremio que ostenta un despliegue territorial importante en las comunas 8 y 9 de la ciudad de Buenos Aires, que abarcan los barrios de Villa Soldati, Villa Lugano, Villa Riachuelo, Parque Avellaneda, Liniers y Mataderos, lo que los convierte en el engranaje central para la fiscalización de cualquier elección. Y así lo hacen valar”, describió Basualdo.
Es por eso que el brazo poderoso del peronismo en la CABA analiza que para poder ganar en el 2023, por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, necesita dar el batacazo en el sindicato en las elecciones programadas para el año que viene, que derivarían en un golpe al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta quien enfrentaría sus dos últimos años de conducción cuesta arriba con un gremio opositor.
“No se la podemos hacer tan fácil como lo hace Genta este momento a Horacio Rodríguez Larreta, tenemos que poner una conducción en ese gremio que realmente muestre las condiciones de trabajo y del debate abandonado por el SUTECBA actual”, aseguran desde un sector del pejotismo capitalino.
Y será el propio PJ el que buscará dar la batalla en el terreno de los Municipales para condicionar políticamente el armado de cara al 2021 y controlar uno de los sindicatos más importantes de la Ciudad.
No es la primera vez que el justicialismo porteño lo hace. Hay que observar con minuciosidad lo ocurrido en los últimos armados gremiales donde el peronismo local ha tenido fuerte incidencia. Los casos del SUTERH y UPCN dan muestra de ello. La cuestión sindical no es un tema menor en el armado partidario de la Ciudad, y SUTECBA es el próximo objetivo.
