El peronismo bonaerense, entre la épica y el negocio de la derrota

La unidad del peronismo parece cada vez más lejana. Mientras Cristina Kirchner critica la estrategia de Axel Kicillof por el desdoblamiento electoral, el mandatario bonaerense asegura que la unión del espacio se dará “el último día”.

En el último Consejo partidario del PJ Nacional, Juan Manuel Olmos, el ideólogo de la campaña de Leandro Santoro en la Ciudad de Buenos Aires, deslizó críticas a la estrategia del desdoblamiento en la Provincia y advirtió que el escenario bonaerense es “de una derrota indeclinable”.

El escenario de alto ausentismo de la Ciudad de Buenos Aires y la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza genera una preocupación en las filas del PJ y deslizaron, por primera vez, una posibilidad de derrota, sumado a que no confían en que un plebiscito de la gestión sea un resultado positivo. “En lugar de contratar consultores para ver encuestas, tendría que llamar a los meteorólogos”, chicanean cerca de Máximo Kirchner al referirse a las lluvias que complicaron el lanzamiento de Derecho al Futuro en La Plata el 24 pasado.

Es que en el cristinismo analizan que una derrota del peronismo pondría a Cristina Kirchner en un escenario difícil de criticar y volver a un panorama similar al del 2017, cuando se fundó Unidad Ciudadana y se convirtió en la única dirigenta que podía ganarle a Mauricio Macri. Por eso, la expresidenta comienza a mostrarse con Gerardo Zamora, uno de los presidenciables que quieren en el Instituto Patria al romper relaciones con Axel Kicillof.

Si la estrategia de Kicillof en la Provincia termina con un triunfo el 26 de octubre, Zamora deberá esperar su momento para una disputa nacional o rediseñar su mecanismo de alianzas, algo que por ahora parece impensado.

Un alto funcionario que está en la mesa chica que el gobernador lleva adelante los lunes en Casa de Gobierno le dijo a Mundo Gremial que “hay dirigentes del peronismo que están enamorados de la derrota” y lo adjudica al nivel de negociación que abrieron con Casa Rosada: “Mira lo que pasa en PAMI de distritos como Avellaneda o en las discusiones en el Senado nacional”, amplío, aludiendo un acuerdo entre La Cámpora y Javier Milei.

Mientras, Sergio Massa busca generar espacios de acercamiento en las posiciones antagónicas que presentan el cristinismo y el kicillofismo. El tigrense ensaya su rol de celestino y busca seducir a las diferentes patas del peronismo en una lista de unidad. En rigor, es el dirigente que más tiene para ganar en un diagrama de tercios en la discusión de las listas seccionales y para octubre.

En las últimas horas, se deslizó la idea que el intendente de Pilar, Federico de Achaval, sea el hombre que represente una lista de unidad en el peronismo bonaerense para octubre. Es que el hombre de Pilar tiene la capacidad de mostrar gestión y, además tener buena imagen en ambos lados de la grieta peronista. Con esa bandera recorre la Provincia junto al alcalde de Ezeiza, Gastón Granados.

Sin embargo, los cascotazos entre cristinistas y kicillofistas van a seguir. Kicillof prepara su lanzamiento desde La Plata ante 20 mil personas en UPCN, mientras que Cristina ocupará el prime time televisivo en C5N con Gustavo Silvestre en su vuelta a los canales de cable. En el medio, el peronismo sigue perdiendo representación dentro de los ciudadanos que son víctimas de las políticas económicas de Javier Milei que, envalentonado con el triunfo de la Ciudad de Buenos Aires, afinó la motosierra con un Congreso en minoría.