ANÁLISIS Y OPINIÓN
El movimiento obrero a la vanguardia en la asistencia a los damnificados de Bahía Blanca
Los sindicatos desplegaron una cruzada solidaria inédita en todo el país. Hubo acciones en todos los sectores. Los gremios lograron trasladar más de 1.100 toneladas de donaciones en el segundo Tren Solidario y dejaron en offside al Gobierno. Además de las 4.000 toneladas recolectadas en las distintas colectas individuales, que aún siguen.
El movimiento obrero organizado se puso a la vanguardia en la asistencia a los damnificados por el trágico temporal en Bahía Blanca y marcó el pulso de masivas donaciones que por estas horas siguen llegando a la localidad bonaerense.
El durísimo panorama que dejó la tormenta del pasado viernes 7 de marzo generó una rápida reacción de los sindicatos. Durante ese fin de semana, los gremios comenzaron a difundir las campañas solidarias y horas después abrieron las sedes sindicales para acopiar donaciones.
El despliegue fue inmediato. Las conducciones nacionales bajaron la orden de generar acciones locales y regionales que se replicaron rápidamente en delegaciones y seccionales, evidenciando el poderío federal del movimiento.
A diez días del temporal, las organizaciones sindicales mantienen abiertas las convocatorias y trabajadores, afiliados y vecinos continúan acercando ropa, alimentos, artículos de limpieza y todo lo requerido por los bahienses.
El tren solidario y la militancia sindical
Además de los aportes solidarios que cada gremio ya trasladó a Bahía Blanca de manera individual, el movimiento obrero protagonizó una campaña de magnitud que derivó en el envió de más de 1.100 toneladas de donaciones, a través del segundo Tren Solidario que este domingo partió hacia tierras bahienses.
Este segundo viaje del Tren Solidario estuvo marcado por el movimiento sindical. Un 90% de la carga respondió a las masivas campañas de sindicatos nucleados en la CGT, a diferencia de la primera formación de la semana pasada que tuvo en su mayoría aportes que los vecinos acercaron a la Estación Constitución y que tuve cierto acompañamiento del Gobierno nacional.
Para este nuevo envío, el Gobierno decidió correrse de escena y el sindicalismo se llevó el protagonismo con una salida triunfal hacia Bahía el domingo por la mañana, que contó con el acompañamiento de dirigentes, trabajadores y militantes presentes en Constitución.
El éxito del segundo Tren Ferroviario desnuda el trabajo en territorio que los sindicatos y otros sectores de la actividad están llevando adelante por encima del Estado y los organismos y empresas satélites del Ejecutivo nacional.
La movida solidaria sindical dejó en off side al gobierno de Javier Milei, que a casi dos semanas del temporal, no logró articular acciones masivas en beneficio de los vecinos de Bahía Blanca.
Según fuentes cercanas, la gestión de Milei intentó hasta último momento impedir el traslado del tren solidario sindical. «El tren no sale». El mensaje fue dirigido desde el Gobierno hacia las autoridades de las empresas ferroviarias.
Es que en la previa a la salida del tren, el cotitular de la CGT, Héctor Daer, anunció la realización de un paro general contra el Gobierno, que generó un fuerte enojo en las filas oficialistas que mandó señales para frenar la partida. «El envío estuvo cancelado dos horas. No querían que se muestre el trabajo de los gremios», señaló a Mundo Gremial un involucrado en la movida.
Finalmente, la CGT eligió ponerse a un costado y la cara visible de la movida fue Sergio Rojas, presidente de Tren Solidario. Finalmente el tren partió el domingo al mediodía, en el marco de la iniciativa de la revista Rieles.
Lo cierto es que el Gobierno -que ni siquiera declaró la emergencia en Bahía- intentó usar la tragedia de Bahía como moneda de negociación frente a un paro que aún no fue oficializado y al que le resta un debate en el seno de la CGT para confirmar su realización, en un escenario con final incierto, sostienen fuentes internas a Mundo Gremial.
Un accionar solidario que incluyó a todo el sindicalismo
A la cruzada por Bahía se sumaron gremios de todos los sectores, cada uno de manera individual, con auspicio de la CGT. Hubo acciones de todo tipo: campañas de donaciones, prestaciones a través de obras sociales y colectas de dinero. Pleno ejercicio de la militancia sindical.
Sindicatos chicos, «flacos» y Gordos se sumaron a las acciones. Cada uno amplificó la movida espontánea, sin coordinación ni organización de las altas esferas gremiales. Todo fue impulso voluntario de cada entidad.
Y no todo fue donaciones. El gremio de los gastronómicos, la UTHGRA, que lidera Luis Barrionuevo, anunció una asistencia económica directa a las familias hoteles y gastronómicas afectadas por el temporal.
En tanto, la Federación de Comercio, a través de la obra social OSECEC, desplegó un operativo especial en Bahía Blanca con ampliación de la asistencia médica que incluyó también el traslado hacia un centro de salud sindical de los pacientes adultos, pediátricos y a los recién nacidos internados en el sector de Neonatología del Hospital Interzonal Dr. José Penna, quienes debieron ser evacuados consecuencia de los grandes daños ocasionados por la tormenta.
Otro caso testigo, llegó desde el sindicato de los judiciales nacionales, la UEJN que conduce Julio Piumato. El gremio, además de las campañas de donaciones, habilitó un alias para recibir aportes económicos que hasta este domingo habían superado los 8 millones de pesos.
Al mismo tiempo, entidades de segundo grado se pusieron el frente de acciones coordinadas con los gremios de base y los resultados fueron muy favorables. Muestra de ello es la campaña impulsada por la Federación de Petroleros (FASIPEGYBIO), a través del sindicato de base de Bahía Blanca que encabeza Gabriel Mattarazzo.
La federación petrolera y el Sindicato de Petroleros de Bahía Blanca trabajaron mancomunadamente para dar respuestas a sus afiliados damnificados, con ayuda directa en territorio. Las donaciones sobrantes fueron distribuidas entre la comunidad bahiense.
Las acciones solidarias se repitieron en cada sindicato y organización de todos los sectores. La respuesta de los trabajadores fue contundente. El sindicalismo se ubicó así como la única institución del país con alcance nacional y amplio despliegue territorial para conseguir semejante gesta.