ANÁLISIS Y OPINIÓN

El legado de los Moyano

Una de las coronas más pesadas de la Argentina se disputó la semana pasada. La estructura del gremio con el poder de parar el país se definió por cuatro años más. En el Sindicato de Camioneros, el clan Moyano buscará su noveno mandato en las elecciones del 25 de septiembre y la cabeza sigue inamovible.

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La decisión tomada por el líder de Camioneros se convirtió en una señal contundente para el sindicalismo, el sector patronal y la dirigencia política que definirá su destino a partir del 10 de diciembre de este año. Hugo Moyano, que lleva más de 60 años vinculado al complejo universo gremial argentino, renovará su autoridad para el período 2023-2027, acompañado por Pablo Moyano como secretario adjunto, que además fue reelecto para encabezar otro período al frente de la mutual del Sindicato. Durante el gobierno de Mauricio Macri, la excusa para evitar que Pablo afrontara el desafío de conducir en Camioneros, fue que “no era el mejor momento”, ya que Argentina atravesaba una gran crisis económica. En esta ocasión, no dieron ninguna explicación acorde.

A la sombra del rey

El legado de Hugo Moyano no termina de fortalecerse, ya que el jefe sindical aún no considera que el heredero al trono sea digno de ocupar su puesto. Desde Camioneros intentaron disimular la evidente crisis interna en torno al liderazgo institucional. “El compañero Hugo Moyano seguirá al frente como secretario General en esta lucha comenzada hace varios años para dignificar a los trabajadores y con Pablo Moyano como secretario Adjunto de la organización gremial que nunca da un paso atrás buscando las mejores condiciones laborales y salarios para los que ponen el hombro en cada rama de nuestra actividad”, sostuvieron en el comunicado que acompañaba la oficialización de la única lista.

Pablo Moyano tiene un gran historial de trabajo, lucha y compromiso con los trabajadores. Si bien se lo caracteriza por ser más táctico que estratégico, el hijo mayor de Hugo Moyano comenzó a ganar espacios políticos y sindicales en la medida en que retrocedió su papá. De todas maneras, el jefe sindical de Camioneros decidió respaldar a otros familiares antes que a él, incluyendo a su hija, Karina, a la que impulsó para que se posicionara en la política gremial y en arena electoral.

Karina marcó un fuerte rol en las 62 Organizaciones y continúa su labor estimulando la presencia de las políticas de Género en el sindicato de Camioneros. A partir del 2020, Hugo abrió el juego para abarcar terrenos ajenos al Sindicato y buscó con fuerza que ella ocupara una banca nacional en el gobierno. Por otro lado, Liliana Zulet, quien prefiere que la llamen Liliana Moyano, levanta el peso del apellido con gran entusiasmo. No es para menos, su esposo, Hugo, le permitió manejar la obra social y otros emprendimientos claves del Sindicato.

Si de batir récords se tratase, quien le lleva la delantera a Pablo no es ni más ni menos que el rey Carlos III, que esperó 70 años para la asunción oficial. ¿Será muy pretencioso de parte de Pablo querer asumir antes? En la previa a la publicación de la lista, muchos sectores depositaban su confianza en que el hijo mayor de los Moyano asumiría su rol frente a la organización. Pero al oficializarse el listado, puede decirse que más de uno ve un horizonte indefinido.

Al ser reelecto frente a la Mutual, Pablo se pronunció por «la necesidad de profundizar la educación de los jóvenes». Parece que Pablo sí comprendió el protagonismo que tiene la juventud a medida que pasa el tiempo.

Impedir el traspaso generacional no parece la mejor elección de Hugo en las vísperas de un cambio de gobierno. En caso de que ganase la oposición, que está muy bien posicionada en las encuestas nacionales, el índice de conflictividad del país puede alcanzar dimensiones alarmantes para un gremio que se desestabiliza progresivamente.

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