El Senado comenzó hoy el debate del proyecto para que la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sea pagada con aportes obligatorios de evasores que tienen bienes no declarados en el exterior. Aunque el oficialismo quiso hacer ver que todo el sindicalismo apoya la iniciativa, hoy sólo estuvieron presentes en la cámara alta dirigentes gremiales alineados al kirchnerismo y al progresismo que sí advirtieron que incluso podrían llegar a “militar” la reforma en la calle.
Del encuentro participaron los legisladores del Frente de Todos –el bloque de Juntos por el Cambio ya anticipó su rechazo a lo que considera “un blanqueo”- y los sindicalistas Pablo Moyano (CGT), Hugo Yasky (CTA), por la Corriente Federal, el bancario Sergio Palazzo, el gráfico Héctor Amichetti y el curtidor Walter Correa, Ricardo Peidró (CTA-Autónoma), Hugo “Cachorro” Godoy (ATE), Edgardo Llano (APA), Omar Plaini (Canillitas), Francisco “Paco” Manrique (SMATA), Carlos Minucci (APSEE-CFT), Yamile Socolovsky (CONADU), Vanesa Siley (Judiciales), entre otros.
En el bloque oficialista remarcaron que hubo “un fuerte respaldo sindical al proyecto de ley de creación de un fondo que pague la deuda con el FMI con recursos provenientes de divisas y bienes no declarados en el exterior”. Pero fue notoria la ausencia de los sectores de los “Gordos” e Independientes de la CGT, hoy mayoría en la central obrera.
Quizás el más auténtico fue el senador salteño “Oso” Levy que remarcó que durante la jornada “con la CTA, el Frente Sindical (moyanista) y la Corriente Sindical estamos en reunión de trabajo del bloque del Frente de Todos tratando los proyectos para crear el Fondo Nacional para la Cancelación de la Deuda con el FMI. Pleno apoyo sindical”.
En este contexto, el también diputado Hugo Yasky fue el primero en romper el hielo al considerar que había “un espectro muy significativo del movimiento sindical” en el debate y luego fundamentó que “si no hacemos nada, la inercia nos va a llevar a que el hilo se corte por lo más delgado, los trabajadores, los presupuestos que se van a reducir, lo que ya vivimos y sabemos. Por eso venimos con la convicción de que este proyecto abre una puerta de salida para encontrar un camino que no nos vuelva a poner en la repetición de que de la deuda se benefician unos pocos”.
Por su parte, Pablo Moyano fue breve en su alocución pero firme en su postura al sostener que “no es casualidad, somos los mismos los que peleamos los cuatro años de macrismo”, al referirse a los sindicatos presentes en un elíptico cuestionamiento a sus compañeros de la conducción de la CGT. Con todo, habló en representación de la central obrera al afirmar que “desde la Confederación General del Trabajo el apoyo total a este proyecto, lo vamos a militar en la calle las veces que sea necesario, así que el apoyo total de la CGT”. Está claro que no estuvieron presentes Héctor Daer y Carlos Acuña, también secretarios generales de la central gremial.
Más tarde, el dirigente camionero se dirigió hasta Casa Rosada donde almorzó con el presidente Alberto Fernández, en un claro gesto de distensión. El viernes el vicepresidente de Independiente había visitado el palacio de gobierno cuando se reunió con el secretario general, Julio Vitobello, y ayer participó por primera vez de la reunión tripartita convocada por el oficialismo en el Palacio de Hacienda para intentar aquietar las expectativas inflacionarias.