El drama del Garrahan: Médicos con sueldos de miseria y un hospital en jaque

En el Hospital Garrahan, el centro pediátrico más prestigioso de Argentina y referente en América Latina, los médicos residentes enfrentan una realidad desoladora: sueldos que no alcanzan para vivir. Un residente de primer año percibe alrededor de $797.061 mensuales, mientras que uno de cuarto año, al final de su especialización, apenas llega a los $900.000. Estos montos, que incluyen jornadas extenuantes de hasta 80 horas semanales y guardias de 24 horas, están por debajo de la canasta básica familiar, que define la línea de pobreza.

La situación, denunciada por los propios trabajadores, refleja un deterioro salarial agravado desde la asunción del gobierno de Javier Milei en diciembre de 2023.

La crisis no es nueva, pero se ha profundizado bajo la actual gestión. Los residentes, fundamentales para el funcionamiento del hospital —donde se realizan el 50% de los trasplantes infantiles del país y se atienden 700.000 consultas anuales—, denuncian que los aumentos salariales otorgados han sido irrisorios, con incrementos del 1% o 2% en los últimos meses, frente a una inflación interanual que superó el 200% en 2024.

Esta disparidad ha llevado a una pérdida de poder adquisitivo del 35,5% desde noviembre de 2023, según cálculos gremiales. La falta de respuestas del Ministerio de Salud, encabezado por Mario Lugones, ha empujado a los profesionales a realizar múltiples paros, incluyendo uno de 72 horas en mayo de 2025.

Desfinanciamiento del Hospital Garrahan

El desfinanciamiento del hospital, dependiente en un 80% del gobierno nacional y un 20% de la Ciudad de Buenos Aires, es otro factor crítico. En enero de 2024, las transferencias nacionales al Garrahan fueron de $0, un hecho que, aunque no inusual en inicios de gestiones anteriores, se suma a un presupuesto 2023 prorrogado y desactualizado frente a la inflación.

Los trabajadores advierten que los fondos propios del hospital, provenientes de seguros privados, se están agotando para compensar esta asfixia financiera. La política de “déficit cero” de Milei, que prioriza el ajuste fiscal, ha sido señalada como la principal responsable de este vaciamiento, afectando no solo salarios sino también insumos esenciales.

La respuesta del gobierno ha sido insuficiente y, en algunos casos, provocadora. En octubre de 2024, el ministro Lugones destituyó al Consejo de Administración del hospital por otorgar un bono de $500.000, considerado “inconsulto” y contrario a la pauta salarial nacional. Este bono, financiado con recursos propios del hospital, fue un intento desesperado por paliar la crisis, pero no se incorporó al salario base, lo que no resuelve el problema estructural. Mientras tanto, los directivos destituidos cobraban $5,5 millones mensuales, un contraste indignante con los $720.000 que percibe un residente de primer año por guardias extenuantes.

Éxodo de médicos y profesionales

El éxodo de profesionales es una consecuencia directa de esta situación. Desde la llegada de Milei, el Garrahan ha perdido más trabajadores que en los últimos nueve años, con 79 renuncias en menos de un año, según la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT). Los médicos, formados en un centro de excelencia, optan por el sector privado, donde una guardia puede pagarse al doble ($300.000 frente a $150.000 en el Garrahan), o emigran a países como España, donde los salarios superan ampliamente los argentinos. Este abandono pone en riesgo la atención de miles de niños con patologías graves, únicos beneficiarios de tratamientos especializados que solo ofrece este hospital.

Los trabajadores, encabezados por gremios como APyT y ATE, no se rinden. Han convocado paros, movilizaciones al Ministerio de Salud y hasta una denuncia penal contra Milei por “incumplimiento de deberes de funcionario público”. Exigen un aumento del 100% y un salario inicial de $1.400.000, acorde con la canasta básica. Mientras el gobierno insiste en que el hospital opera con normalidad, los profesionales alertan sobre un “peligro de colapso” y acusan a Milei y Lugones de desmantelar la salud pública en favor de intereses privados. La lucha del Garrahan no es solo por salarios, sino por defender un pilar de la salud pediátrica que el ajuste libertario amenaza con destruir.

Los trabajadores se encuentran en pleno plan de lucha, con la convocatoria de un paro y movilización para este mediodía al ministerio de Salud, aunque por estas horas definirán los pasos a seguir ante el dictado de conciliación obligatoria realizado por el Gobierno nacional con el objetivo de frenar las protestas.