Hace tan solo tres meses la prensa internacional tomaba conocimiento que una marcha antiinmigrantes en Iquique terminaba muy mal. Varios miles de personas se desplazaron por las calles céntricas con proclamas de contenido netamente xenófobo.
Ya en el final de la movilización se produjeron forcejeos, insultos, detenidos y la quema de las pocas pertenencias de un grupo de venezolanos que habían llegado en forma irregular por un paso de la localidad boliviana de Colchane.
El común denominador de los testimonios de los venezolanos que habían acampado en la plaza Brasil era que todos se identificaban como trabajadores en busca de nuevas oportunidades para ellos y sus familias.
Este 18 de diciembre es un nuevo Día Internacional del Migrante y si bien existen un sinnúmero de causas para dejar el terruño propio, en el 65% de los casos los migrantes buscan mejores condiciones laborales para establecerse junto a sus familias, en la tradición oral todavía se conserva la frase » Patria es la que da trabajo».
De hecho el Día del Migrante día tiene como uno de sus principales antecedentes la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1990.
Volviendo a la región, cabe recordar que América Latina identifica tres grandes patrones migratorios. El primero de ellos es con la llegada de inmigrantes, un segundo momento con una gran migración interregional y el tercero con la emigración de compatriotas a países más desarrollados.
Hoy en día vivimos un reverdecer del segundo momento. En principio gracias a las facilidades administrativas entre los países de la región, en segundo lugar las dificultades administrativas de ingresar a otros destinos extrarregionales.
En este nuevo escenario los migrantes intrarregionales han tenido como principal destino el Cono Sur: Argentina, Chile y Brasil son los países que atraen a la mayoría de los migrantes en la región, provenientes principalmente de los países andinos y Paraguay.
Previo a la pandemia OIT identifica otros corredores los que de norte a sur se identificaban como: De centroamérica a EEUU, centroamericanos a Belice, haitianos a República Dominicana, caribeños a Trinidad y Tobago, Nicaragüenses y panameños a Costa Rica.
Salvando estos casos, el principal fenómeno migratorio en la región viene dado por los venezolanos que representa la segunda migración más grande del mundo con 5,6 millones de emigrantes y refugiado pero la región se convirtió también en un punto de tránsito de ciudadanos africanos y asiáticos
Esta intensificación en general del tránsito y en particular la migración proveniente de Haitíha generado presión en algunos puntos geográficos de la región. El primero de ellos lo nombramos más arriba y es Iquique, Chile. En la última década pasando de 300 mil en 2010 a 1.5 millones a 2020.
El segundo es Necoclí, un pueblo turístico de Colombia de 70 mil habitantes que alberga 20 mil haitianos que se encuentran camino al norte. Desde allí esperan atravesar el tapón del Darién camino a Panamá. Atravesar está selva lleva varias semanas bajo la amenaza de las lluvias, animales y bandas criminales.
El tercero es Tapachula, una ciudad de Chiapas próxima a Guatemala. Si bien constituye una ruta a los EEUU hoy en día se encuentra obturada. Miles de migrantes en su mayoría de Haití deambulan por las calles a la espera de poder continuar su paso o buscar otros destinos.
En este último caso juega un papel muy importante los acuerdos alcanzados entre las administraciones de los gobiernos de EEUU y México que se encuentran coordinando los flujos del corredor Norte.
En este 2021 el tema elegido es «Aprovechar el potencial de la movilidad humana», desde la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se destaca que la migración laboral trae consigo un triple potencial para el desarrollo sostenible: multiplica las oportunidades en los países de destino, genera beneficios en los países de origen y permite enriquecer el capital humano y cultural en las comunidades de acogida.
En esa línea, la OIT apoya la buena gobernanza de la migración laboral, impulsando la Iniciativa para la Contratación Equitativa; fortaleciendo los sistemas de información del mercado laboral y las estadísticas sobre la migración laboral; apoyando a los países para establecer acuerdos bilaterales y multilaterales de migración laboral; ampliando y adecuando los programas de reconocimiento de títulos y certificación de competencias, y de portabilidad de seguridad social
La implementación de estás políticas públicas por parte de los gobiernos de la región traería sin lugar a dudas beneficios a todos los migrantes y trabajadores. Es hora de pensar en pisos mínimos de protección laboral y social en la región. El mosaico de recetas de variopinto origen ideológico solo siembran la vulnerabilidad de los trabajadores. Trabajen dónde trabajen.
