Los primeros 10 días de aislamiento preventivo, social y obligatorio resultaron sumamente determinantes en el universo del trabajo. Según reveló la Encuesta Indicadores Nacionales (EIN) se perdieron en ese período unos 30.000 empleos formales. Los índices se asemejan al contexto atravesado a principios de 2003 y enciende la alerta de cientos de sectores.
Desde la entidad advirtieron que por cada empleo registrado también se derrumban entre tres y cinco trabajos en negro o irregulares y que lo peor en materia laboral “todavía no pasó”.
En tanto, la cartera de Trabajo sostuvo que “el nivel de empleo registrado del sector privado tuvo una caída de 0,5% en relación al mes anterior. Esta es la mayor contracción mensual de los meses de marzo desde el año 2002. En marzo de 2009, con la crisis internacional como escenario se registró una caída similar, apenas menor a la actual”.
“La caída del empleo formal no se debe al incremento de las desvinculaciones ni al crecimiento de los despidos, sino a la contracción de las incorporaciones de personal. En efecto, la tasa de tasa de entrada registró el nivel más bajo de los meses de marzo de los últimos 18 años (1,4), y fue la primera vez, desde entonces, que el nivel de incorporaciones de marzo resulta inferior al de febrero”, remarcaron desde la Encuesta.
Mientras tanto, el gobierno nacional dispuso la apertura de decenas de actividades y la reanudación de la producción de cientos de fábricas, en conjunto con sindicatos y empresarios. Si bien se sabe que el proceso de reactivación será paulatino, es un buen augurio para vastos sectores del universo del trabajo.