ANÁLISIS Y OPINIÓN

Cristina insistió con integrar el sistema de Salud y en los gremios resisten los cambios en la Superintendencia

Por Emiliano Russo, columnista de Mundo Gremial.

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La vicepresidenta Cristina Kirchner volvió a plantear la necesidad de integrar el sistema de salud al considerar durante un celebrado en La Plata que “lo peor que puede pasar a una sociedad o a un gobierno es negarse a discutir la realidad y lo evidente”, en un mensaje dirigido a los agentes de la seguridad social pero también hacia el interior de la coalición oficialista. Para los gremios alineados con la Casa Rosada las declaraciones de la ex presidenta se vinculan al freno oficial al desembarco de dirigentes del kirchnerismo bonaerense a cuatro gerencias de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS).

Al igual que propuso el pasado 19 de diciembre pasado en el Estadio Único, la ex presidenta recordó los cuestionamientos que recibió cuando propuso su proyecto pero validó que “¿digánme hoy, no está integrado a las patadas y a la fuerza porque lo impuso la realidad?” se preguntó y sostuvo que finalmente está “integrado todo el sistema porque las prepagas no saben dónde colocar la gente porque van a lo público y a lo privado” y en un mensaje hacia dentro del Frente de Todos, sostuvo que “tenemos que tener la valentía y la inteligencia de poder anticiparnos a lo que va a venir”.

En enero pasado circuló un borrador del proyecto adelantado un mes antes por Cristina. Se trata de un trabajo de la fundación “Soberanía Sanitaria” del viceministro de Salud provincial, Nicolás Kreplak, titulado: “Ejes centrales para un programa de salud 2020-2024”, que proponía integrar los tres subsistemas de salud vigentes con una ley.

En sus considerandos, el proyecto plantea “recuperar la gobernanza del sistema de salud a través de la conducción global de políticas de salud” y promueve que esa tarea debería llevarse a cabo “bajo un criterio general de centralización normativa y descentralización operativa. Asimismo, propone “Poner en marcha el sistema de recupero de las prestaciones realizadas por entes estatales a subsectores de obras sociales y de medicina prepaga: el subsector público obtendrá una remuneración por los servicios prestados (a las obras sociales y los privados) (…) con descuentos promedio de hasta un 33 % de los valores de mercado (…) a cambio de un sistema de cobro automático de lo facturado”.

Rápidamente, el plan logró abroquelar a sindicalistas y a empresarios de la medicina prepaga que salieron a rechazar la propuesta temerosos de perder control sobre sus instituciones. El entonces ministro de Salud, Ginés González García, hasta su destitución, apoyó la resistencia de los jefes sindicales.

Pero el fallecimiento del titular de la Superintendencia, Eugenio Zanarini el pasado 4 de mayo, abrió una hendija para que funcionarios bonaerenses intentaran nuevamente ingresar en el organismo como un trampolín para poder impulsar las ansiadas reformas. El presidente Alberto Fernández nombró al frente de la institución al cirujano sanjuanino y ex directivo de Osecac, Daniel López. “Nunca quisimos estar al frente sino segundas y terceras líneas”, aclaraba por ese entonces un funcionario de extracción camporista.

Finalmente a fines de mayo ese interés se materializó en pedido para que dirigentes cercanos a Kreplak desembarcaran en las gerencias de “Control Prestacional”; “Sistemas”; “Atención al Usuario” y la de “Delegaciones”. Los jefes sindicales se plantaron, pidieron una audiencia con el Presidente y lograron evitar los cambios en la estructura de la SSS. “Se fue enfriando. Hubo negociaciones pero no está cerrado, no se concretó nada por ahora”, admitió ayer una fuente camporista consultada.

Es en este marco, que un jefe sindical consultado volvió a rechazar la iniciativa y deslizó que estos “nuevos embates” se vinculan con el frustrado intento de dirigentes del kirchnerismo provincial de ingresar a la SSS. También advirtió que estos roces hacia dentro del Frente de Todos no resultan convenientes en la previa a la campaña electoral.

El pasado 10 de junio la Superintendencia publicó en el Boletín Oficial una nueva inyección de recursos mientras en paralelo “se encuentra trabajando en la reformulación y reingeniería integral del Sistema Único de Reintegro, con el fin de acortar los plazos de la transitoriedad de la medida tomada”. De este modo, aprobó un pago a cuenta de las obras sociales de $2.364.028.825. “El pago referido en el artículo anterior será imputado como adelanto de fondos de las solicitudes presentadas por los Agentes del Seguro de Salud, pendientes de cancelación al día de la fecha y aquellas que se presenten en el futuro”, reseñó la publicación.

Hoy, en el marco de la conferencia de prensa que brindó en el CCK, la ministra Carla Vizzotti (Salud), se refirió al tema y deslizó que “estamos todos trabajando en eso, en disminuir la fragmentación del sistema de salud. Esta pandemia ha sido una oportunidad muy grande para entender que la salud es una sola».

En este sentido, la funcionaria afirmó que a tal fin se está trabajando «en conjunto con la Superintendencia de Servicios de Salud, viendo que todos los programas de calidad y acceso sean parte los programas» del organismo. No precisó, no obstante, que los cambios en marcha se vinculen con el proyecto de Soberanía Alimentaria.

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