Con el consumo aún estancado, el gobierno apuesta a mostrar la reactivación de la industria

El nuevo relato oficial de la recuperación se asienta en los buenos números de la producción industrial que en junio volvieron a crecer tras la baja experimentada en mayo por efectos de la segunda ola de covid: hubo un crecimiento del 11.7% respecto a igual período de 2019. Es por eso que los primeros actos de campaña han tenido como escenario plantas fabriles, con un asiduo invitado, el siempre oficialista Antonio Caló (UOM), quien aprovecha esos encuentros para promocionar la flamante Confederación de sindicatos industriales (CSIRA).

Se trata de un conjunto de 24 gremios, desde textiles a mecánicos, que recibieron el apoyo del ministro Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), quien llevó a cabo distintos planes de aliento con la participación de SMATA y UOM.

A Caló se lo vio el último lunes en una planta de Cañuelas donde el gobierno presentó la ampliación del Ahora 12, los planes de compra en cuotas de equipamiento para el hogar, y el 28 de julio pasado en Almirante Brown, donde se anunció un plan de empleo joven, donde además estuvo la candidata Victoria Tolosa Paz, que encabeza la boleta bonaerense de “Todos”.

El ex titular cegetista durante el kirchnerismo, y de buen diálogo con Mauricio Macri en el poder, aseguró que “es la primera vez que hay 24 gremios juntos, y eso es un gran valor. Todos pensamos lo mismo: que haya más trabajo”. El dirigente sostiene que desde el año pasado se han sumado más de 20 mil puestos de trabajo genuinos en el sector, validando la estrategia oficial, que muestra al rubro como uno de los motores de la recuperación.

Para Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, «en términos sectoriales los datos de mayo confirmaron que la industria sigue siendo el sector más pujante. Ya lleva un año de crecimiento ininterrumpido y está en valores similares a los de mediados de 2019” pero aclaró que “todavía muy por debajo de 2015”. Es decir, el mercado de trabajo aún no logró recuperarse de la recesión que viene afectando al país al menos desde 2017.

Y, en base a los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino, concluyó que “los asalariados privados en los últimos 9 años cayeron un 2,9% mientras que el sector público creció un 26,2%, casas particulares un 21,9% y los trabajadores por cuenta propia un 27,1%… En mayo el empleo registrado en el sector privado creció por séptimo mes consecutivo (SIPA). En términos agregados ya se recuperó la mitad de lo que se perdió en los primeros meses de la pandemia. Para volver a febrero de 2020 todavía faltan 94 mil trabajadores más”.

A falta de una recuperación visible en el consumo, el gobierno quiere mostrar en la campaña electoral que el empleo se viene recuperando con un sector castigado durante el macrismo. Si durante Cambiemos creció el cuentapropismo y los emprendedores, la actual administración privilegiaría un modelo de “producción y trabajo” con el sector manufacturero como bandera. Los servicios, vale decirlo, tampoco han superado aún los efectos perniciosos que tuvo la pandemia sobre el turismo y la gastronomía, por caso.