Con algunas ausencias notorias, referentes gremiales expusieron en Diputados por el acuerdo con el Fondo

El plenario de las comisiones de Presupuesto y Finanzas de la Cámara de Diputados convocó hoy a las tres centrales obreras para que se pronunciaran sobre el acuerdo que alcanzó el Gobierno con el FMI: si bien la CGT, en la voz de su conducción y de la corriente federal apoyaron el tratado, la CTA Autónoma ratificó su rechazo y su participación en la marcha de mañana para repudiar la deuda. Sorprendieron las ausencias de Pablo Moyano y de representantes de la CTA de los Trabajadores.

Por la Corriente Federal de los Trabajadores, expusieron Héctor Amichetti y Carlos Minucci en el estado presidido por el diputado Carlos Heller. “Desde la CGT, hemos estudiado este proyecto que se presenta y nos preocupa cómo vamos a construir la fuerza necesaria para sacar el país adelante. Necesitamos unir a las mayorías nacionales para salir de esta situación”, declaró Amichetti.

Luego llegó el turno de la CTA Autónoma. “La posición de nuestra Central es histórica respecto a la deuda, por eso dijimos que consideramos que este acuerdo es cesión de soberanía, que va a haber ajuste, que hay ajuste sobre ajuste y que va a traer consecuencias sobre la clase trabajadora de nuestro pueblo”, señaló Ricardo Peidró, titular de la entidad. En ese tono, subrayó que “hemos sintetizado todos los documentos y exposiciones públicas que hemos tenido y dicho desde el primer empréstito de 1958 con el FMI que incluía la privatización del Frigorífico Lisandro de la Torre. Cada vez que nos hablan de aumento de tarifas, cada vez que nos hablan de devaluación, cada vez que nos hablan de ajuste fiscal, sabemos que las consecuencias recaen sobre la clase trabajadora y el pueblo en general”.

Finalmente sostuvo que “para que no se dé la paradoja de que firmar este acuerdo creara las condiciones para que vuelvan los responsables de esta estafa, creemos que debe haber otro camino y no tener la resignación de firmar a libro cerrado estas imposiciones del FMI”.

Por su parte, Hugo “Cachorro” Godoy, secretario adjunto de la institución, sostuvo que “expresamos la visión crítica que tenemos de este acuerdo que el gobierno ha firmado con el FMI, que más que un acuerdo de renegociación de la deuda es la toma de una nueva deuda bajo la imposición de un plan económico elaborado por el FMI” al tiempo que consignó que “sabemos que con este ya han sido 23 los acuerdos impuestos por el FMI a lo largo de nuestra historia y esto ha significado un fuerte retroceso en el desarrollo productivo, científico y tecnológico y en las condiciones de vida de nuestra clase trabajadora y el pueblo”.

Pese a que estaba prevista la asistencia de Hugo Yasky, por la CTA de los Trabajadores, no hubo representación de esa central. Es sabida la posición crítica respecto de la entidad respecto al entendimiento y la cercanía de la conducción con el kirchnerismo.

Luego del receso del mediodía, llegó el turno de los representantes de la CGT. Estuvieron presentes Héctor Daer y Carlos Acuña por la conducción, y pegó el faltazo Pablo Moyano que, al parecer, “anoche” había avisado que iba a participar de la reunión informativa.

Sólo habló el también titular de Sanidad: “Es la primera vez en la historia de las discusiones con el FMI que el acuerdo no se hace con el lomo de los trabajadores. Los derechos de seguridad social y laborales son los valores estructurales que garantizan la convivencia social”, enfatizó al dar apoyo al entendimiento.

En primer término, había señalado como necesario el tratado por considerar que “había situaciones que nos iban complicando como cuando el dólar blue pasó de $200 a $220” y se mostró satisfecho por la pasada reunión con el ministro Martín Guzmán (Economía) en el salón Felipe Vallese de la sede de calle Azopardo en la que le “planteamos dudas sobre las cuestiones sociales y laborales del acuerdo con el Fondo”.

Según consignó, esos dichos quedaron “plasmados en el acuerdo. No se puede se puede festejar esto pero sirve para salir de la tragedia” y anheló que “sea un punto de partida para encarar un proceso de desarrollo arrancando con un proceso de estabilización sin afectar derechos”.

A la salida de la reunión, Acuña remarcó que el apoyo al tratado “es por una cuestión de responsabilidad institucional” dejando de lado las posturas dogmáticas de cada dirigente.