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Cómo sigue el conflicto entre el gremio del peaje y AUBASA

El gremio SUTPA no acató la conciliación obligatoria y el paro del sindicato de peajes continúa.

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A pesar de que Trabajo dictara la conciliación obligatoria, continúan las barreras levantadas en la Autopista Buenos Aires-La Plata y en los peajes hacia la costa atlántica, ya que el gremio liderado por Facundo Moyano sigue con la medida de fuerza.

El Sindicato Único de Trabajadores de Peajes y Afines (SUTPA) no acató la conciliación obligatoria planteada por el Ministerio de Trabajo, ante el requerimiento del gobierno provincial de llegar a un punto de acuerdo con AUBASA – Autopistas de Buenos Aires.

De este modo, las barreras levantadas en los peajes de las rutas 2, 11, 63, 56 y 74 hasta el día de la fecha, son una señal de la traba en las negociaciones entre el SUTPA, la empresa concesionaria y las autoridades provinciales.

Según AUBASA, la medida de fuerza comenzó de manera intempestiva durante las primeras horas del nuevo año con el levantamiento de barreras de las estaciones de peaje de las trazas de rutas del Sistema Vial Integrado del Atlántico (SVIA) y de la Autopista Buenos Aires – La Plata. De esta forma, según informó la empresa, se impidió el cobro manual y el cobro automático del peaje sin que existiera aviso, comunicación o reclamo previo.

Por su parte, el comunicado emitido por SUTPA expresó que “desde que el señor Lissalde asumió al frente de la presidencia de Aubasa hemos ingresado en un espiral de conflictos que parece no tener fin”. A su vez, el escrito explaya que desde el sindicato se buscó, junto a la empresa, llegar a “una reconversión ordenada, consensuada y contemplando a los trabajadores como personas y no como material que se pueda descartar. AUBASA y sus autoridades no lo entiende de esta manera”, expresaron.

Desde SUTPA ratifican que no permitirán avasallamientos de ningún tipo, lo que conllevaría a una dura negociación con el gobierno provincial. Por su parte, desde AUBASA indicaron que se está pagando el bono estatal y se preparó un plan de reconversión laboral que mejoraría las condiciones de trabajo de los colaboradores.

El comienzo del conflicto data desde julio último cuando se creó una mesa bipartita para analizar la implementación de tecnología, algo a lo que el sindicato se negó. El gremio, por entonces, había denunciado que Lissalde buscaba modificar ciertas condiciones laborales.

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