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Camioneros: Críticas al acuerdo salarial de Moyano por «migajas» frente a la inflación
El aumento del 1% mensual para los camioneros desató cuestionamientos por su insuficiencia frente a la inflación, con voces que piden un cambio profundo en el modelo sindical.

En un contexto de inflación persistente y ajuste económico, el reciente acuerdo salarial firmado por la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros y Obreros del Transporte Automotor de Cargas, Logística y Servicios, liderada por Hugo Moyano, generó una ola de críticas dentro y fuera del gremio.
El convenio, que establece un incremento del 3% distribuido en tres cuotas del 1% para los meses de junio, julio y agosto de 2025, más una suma fija no remunerativa de $45.000, es visto por muchos como insuficiente para contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.
Moyano cierra una paritaria a medida del Gobierno: 1% mensual para los Camioneros
El acuerdo, sellado con las cámaras empresariales FAETYL, FADEEAC y CATAC, incluye también un aporte de $18.500 por trabajador a la obra social del gremio, lo que generará un ingreso aproximado de $1.850 millones para Oschoca, la obra social de Camioneros. Sin embargo, estas cifras no lograron calmar el descontento de los trabajadores que enfrenta el impacto de una inflación que, según datos de marzo de 2025, alcanzó el 3,7%.
El aumento del 1% mensual, alineado con el tope salarial impuesto por el Ministerio de Economía, fue señalado por dirigentes del sector como una claudicación del sindicalismo tradicional frente a las políticas de ajuste del gobierno. Críticos dentro del sector argumentan que el acuerdo no solo queda rezagado frente a la inflación, sino que refleja una desconexión entre la cúpula sindical y las necesidades reales de los trabajadores.
Sergio Aladio, secretario general del Sindicato de Camioneros de Santa Fe y opositor a la conducción de Moyano, expresó un rechazo contundente al convenio. “Este acuerdo es una falta de respeto para cada camionero que pone el cuerpo y la familia en la ruta todos los días. Firmar un 1% en este contexto es casi una burla. Demuestra que este modelo sindical agotado ya no escucha ni defiende a la base trabajadora”, afirmó. Aladio, que aboga por un “sindicalismo moderno, democrático y protagonista”, subrayó la necesidad de una transformación profunda en la representación gremial para responder a los desafíos actuales.
La paritaria de Camioneros se firmó en un escenario de tensión, donde el gobierno busca limitar los aumentos salariales a un máximo del 1% mensual para contener la inflación. Esta política generó resistencia en otros gremios, como Comercio y Sanidad, que enfrentan conflictos por la falta de homologación de acuerdos más ambiciosos. En este marco, la decisión de Camioneros de aceptar la pauta oficial fue interpretada por algunos como un gesto de alineamiento con el gobierno, en contraste con negociaciones anteriores donde el gremio presionó por incrementos más significativos.
El acuerdo también llega tras un historial de paritarias que, según fuentes gremiales, acumulan una pérdida salarial superior al 8% en lo que va de 2025. Esta situación alimenta el malestar de los trabajadores, que ven cómo los incrementos pactados no alcanzan para recuperar el terreno perdido frente al costo de vida.
Las críticas al acuerdo no se limitan a la insuficiencia del aumento, sino que apuntan a un modelo sindical que, para algunos, perdió capacidad de lucha. Aladio, desde Santa Fe, insistió en la urgencia de construir una alternativa: “El futuro no espera: o nos transformamos o nos pasan por arriba. Y nosotros elegimos transformarnos”. Su mensaje resuena entre dirigentes y trabajadores que demandan una representación más combativa y cercana a las bases.
Mientras el acuerdo espera la homologación de la Secretaría de Trabajo, el debate sobre el rumbo del sindicalismo en Camioneros se intensifica. Para muchos, este convenio no es solo un reflejo de las dificultades económicas, sino una señal de que el “sindicalismo viejo” enfrenta un punto de inflexión. La pregunta que queda abierta es si estas críticas lograrán traducirse en un cambio real dentro de uno de los gremios más poderosos del país.
