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ANÁLISIS Y OPINIÓN

Barrionuevo vuelve a la CGT de Moyano

Tres gremios de la central Azul y Blanca, que lidera el gastronómico, fueron a un plenario en la sede de Azopardo para negociar una posible unificación en 2013.

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Abierto enfrentamiento con la Casa Rosada y la falta de respuesta oficial a sus reclamos salariales empujaron a Hugo Moyano y a Luis Barrionuevo a forzar un acuerdo para unificar a la CGT, atomizada hoy en tres sectores. Después de coincidir en la convocatoria a un paro nacional para el martes próximo, los dirigentes darán hoy otro paso rumbo a una posible unión: tres gremios de la CGT Azul y Blanca, que encabeza el gastronómico, participarán del plenario de secretarios generales que se desarrollará en la histórica sede de Azopardo.

Hace cuatro años, Barrionuevo intentó desbancar a Moyano del sillón de mando de la CGT. Al no tener el respaldo suficiente, creó la CGT Azul y Blanca, integrada inicialmente por 57 sindicatos, pero que actualmente no cuenta con más de 30.

Pero Moyano y Barrionuevo están más cerca que nunca de un posible acuerdo, que se oficializaría recién en 2013. La primera escenificación del pragmatismo gremial se dio hace dos semanas, cuando reunieron sus fuerzas para protestar por los fondos de las obras sociales sindicales en la Plaza de Mayo. Coincidirán de nuevo el martes que viene al activar conjuntamente una huelga nacional, que tendrá también como protagonista al sector de la CTA que responde a Pablo Micheli.

Barrionuevo envió a la sede de Azopardo a tres de sus hombres de mayor confianza. Se trata de Carlos Acuña (Sindicato de Obreros y Empleados de las Estaciones de Servicio), Ricardo Cirielli (Personal Técnico Aeronáutico) y Oscar Rojas (Obreros de la Maestranza). Los barrionuevistas tributarán como tropa moyanista en el plenario que esta tarde se llevará a cabo en el salón Felipe Vallese.

«Se debatirá sobre la unidad de acción», minimizó las visitas un moyanista de la primera hora. Sin embargo, para charlar sobre futuros reclamos no sería necesario llamar a un plenario, con la asistencia de todos los referentes gremiales.

Desde el búnker de Barrionuevo fueron cautos. «Por ahora no», dijo, enigmático, un dirigente que suele hacer de nexo entre las dos centrales. «Iremos mañana [por hoy] a ver qué pasa», lanzó, cauteloso, otro ladero del gastronómico.

El acuerdo entre Moyano y Barrionuevo se selló de palabra el lunes pasado. Ese día una comitiva de moyanistas visitó al gastronómico en su despacho de la Avenida de Mayo. Asistieron el panadero Abel Frutos y Pablo Moyano, que comienza a reemplazar con más frecuencia a su padre en algunas actividades. Se acordó la unidad para el paro del 20, pero también se avanzó en una posible unificación de la CGT, que se concretaría el año que viene.

Barrionuevo es pesimista al imaginar la relación a futuro del movimiento obrero con el Gobierno. Incluso se anima a augurar una pronta fuga de gremios de la CGT oficialista, que encabeza el metalúrgico Antonio Caló.

El pronóstico del gastronómico dicen que fue el siguiente: «Como el Gobierno no les va a dar nada, a los muchachos no les va a quedar otra que venirse con nosotros. Vendrán o nos encontraremos reclamando juntos en la calle».

Moyano también se refirió a la CGT de Caló y a su silencio tras las críticas de Cristina Kirchner a los sindicatos. «Bajan sus cabezas aceptando la agresión a los dirigentes gremiales», dijo el camionero, que también pronosticó un quiebre en la otra central.

Los sindicatos adheridos a la CGT Azul y Blanca debatieron anoche sobre cómo será su participación en el paro de la semana que viene. Pero también se avanzó en el posible regreso a la sede de Azopardo. Sobre este tema gobernaron la cautela y la incertidumbre, pero si el enfrentamiento con la Casa Rosada continúa, se reconoció a viva voz que la unidad es el camino más viable.

En ninguna de las dos CGT se animan a dar por cerrada la unificación. En ninguna de las dos orillas se olvidan de que Moyano y Barrionuevo no se hablaron durante seis años, en los que se cruzaron críticas y amenazas.

Por esta razón, se priorizará la organización del paro nacional antes de cualquier otra gestión en nombre de la unidad sindical.

Barrionuevo es una cuenta más del collar de alianzas que comenzó a anudar Moyano. Hay más: Micheli, la Federación Agraria de Eduardo Buzzi, el ferroviario de la línea Sarmiento Rubén Sobrero, las agrupaciones Corriente Clasista Combativa y Barrios de Pie. Y hasta hubo un acercamiento con los combativos gremios ligados a la izquierda.

 

Fuente La Nación

 

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