Una cámara laboral de la localidad de Roca, provincia de Río Negro, declaró inconstitucional la tarifa indemnizatoria que reciben las empleadas domésticas cuando son despedidas de sus trabajos. En la actualidad el Estatuto del Servicio Doméstico establece medio sueldo por año trabajado mientras que todos los empleados en relación de dependencia perciben uno por el mismo período, en caso de despido injustificado.
A raíz del reclamo judicial de una trabajadora doméstica, los fundamentos del fallo, hicieron hincapié en la discriminación que sufre este sector. Al respecto, la jueza Gabriela Gadano al emitir su voto manifestó que no advierte qué diferencia hay entre las tareas prestadas por una empleada doméstica y las de quien realiza la misma actividad en un hotel o quien limpia los lugares comunes de los edificios.
Otro de los jueces expresó que la legislación establece «la igualdad en igualdad de situaciones» por lo que la condición establecida en el Estatuto del Empleo Doméstico -abonar medio sueldo por año trabajado en concepto de indemnización- se subsana «equiparando las consecuencias del despido injustificado» a lo que establece la Ley de Contrato de Trabajo.
Al analizar el fallo de la Cámara Laboral II, Fernando Larrubia, el abogado patrocinante expresó que el gremio de las trabajadoras de casas particulares «peyorativamente llamado empleo doméstico» fue históricamente «objeto de injusticias y discriminaciones» por lo que destacó la decisión de los magistrados. Y agregó que «los considerandos invitan a reflexionar sobre las concepciones vetustas que aún imperan en algunos ámbitos sobre las trabajadoras domésticas y que tratan de legitimar la explotación y abusos que recaen sobre esa persona que dedica tiempo, esfuerzo, guarda confidencialidad con toda una familia».
Larrubia aseguró que la decisión de la Cámara «cobra importancia no sólo en el orden local sino también nacional en el camino por el reconocimiento de derechos», además reconoció que en los últimos años hubo avances en el plano legislativo para modificar la situación de las trabajadoras domésticas aunque aseguró que «sigue siendo imperioso» sustituir el viejo Estatuto del Servicio Doméstico por una ley de trabajadoras de casas particulares. «Basta un superficial análisis del lenguaje para comprender la distancia entre las dos concepciones que representan cada una de estas iniciativas”.
