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ANÁLISIS Y OPINIÓN

Aires de Cambio

Romina Sánchez es la nueva Secretaria de Cultura y Capacitación de la AOT. Tras su designación, habla de los cursos, del trabajo esclavo y del sueño de implementar el secundario con orientación textil.

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Tímida. Reacia a las fotos, amable y cortes. Invita dos cafés y se enfrenta a su primera nota periodística como flamante Secretaria de Cultura y Capacitación de la Asociación Obrera Textil en lugar de la histórica Lidia Juárez. En la AOTRA desde 2005, delegada de base en la empresa Sudeste Textil y vocal durante dos periodos en el gremio, hoy tiene la chance darle un suspiro renovador al área. ¿Sueños? “Concretar el secundario con orientación textil, una idea que tengo desde hace muchos años”. Aunque, “hay más para soñar”, se sincera aunque hermética.

Romina Sánchez, aunque intuía que podía suceder, fue designada en el cargo mientras gozaba su licencia por maternidad y al regresar, se encontró en el lugar liderado por Juárez, una histórica que decidió hacer uso de un merecido y homenajeado retiro. “Me gusta, soy inquieta y quiero seguir aprendiendo”.

La Secretaria de Cultura y Capacitación, mas allá del orgullo de la designación, remarca el objetivo de los cursos, “la idea es que la gente no termine trabajando en negro y tenga una salida laboral decente”. La AOTRA mantiene permanente contacto con empresarios del rubro para dar trabajo a los egresados, “piden constantemente currículos y nosotros le otorgamos el listado de alumnos que están en condiciones y ellos deciden si los emplean”.

Una de las propuestas interesantes que nace desde la llegada de Romina Sánchez es la creación del Secundario para adultos con Orientación Textil, una propuesta innovadora que ya es objeto de estudio en el gobierno de la Ciudad. “Un secundario de 3 años en el cual en el último tenga materias textiles y que pueda haber una certificación que el alumno se encuentra capacitado para desarrollarse en dicho rubro”, explica; “hay que modificar algunas cuestiones, pero el nivel de aceptación fue buenísimo, es algo que hace rato que venimos charlando con Jorge Russi (Secretario de Prensa y Propaganda) y ahora lo podemos lograr”, se entusiasma.

El Centro de Capacitación Textil, ubicado en la calle Solís 763 (el edificio fue donado por María Eva Duarte de Perón), percibe apoyo económico tanto del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como del Ministerio de Trabajo de la Nación, gracias a esto “el alumno recibe todo el materia necesario para poder aprender, vienen sin gastos, el curso es absolutamente gratuito”.

Allí en Solís, se utilizan maquinas “de última generación, en su totalidad donadas por fabricas que renovaron su maquinaria”. Las mismas se utilizan en los cursos y una vez elaboradas las prendas, la AOT, a través de Cultura y Capacitación, entrega donaciones al Hospital Garraham. “¿Hay un convenio? “No, solo vamos y las entregamos, ¿qué vamos a hacer con tanta ropa?, allí la necesitan más que nosotros”.

Con el foco puesto en la clandestinidad, Sánchez marca el trabajo que impulsa Lobais de manera constante frente a los talleres clandestinos. “Detrás de Jorge (Lobais) estamos todos trabajando, los talleres no son nuestros y quien debe hacer algo, evidentemente no lo hace, desde el gremio capacitamos a la gente en lo laboral pero fundamentalmente desde la cabeza, para que conozca sus derechos y quiera tener todo en regla y exigir que se lo respete como trabajador”.

Una de las problemáticas que se suma al trabajo clandestino textil es la esclavitud infantil y sobre esto, Sánchez lamenta y considera que el menor “es más fácil de dominar” pero entiende que en el último tiempo “bajo mucho, los chicos deben ir a la escuela, tiene que tener una vida normal y digna; una criatura no debe trabajar, desde ningún punto de vista”. El último 12 de junio se celebró el Día Mundial contra la Problemática del Trabajo Infantil y según estudios y datos arrojados por el Ministerio de Trabajo de La Nación, el trabajo de niños entre 5 y 13 años ha disminuido en un 66% entre 2004 y 2012. Actualmente, el 2,2% de los chicos de entre 4 y 13 años trabaja y el 19,1% de los adolecentes de entre 14 y 17 años, según el mencionado organismo.

Romina está plagada de esperanzas, se define como “inquieta” y con el arte de preguntar a flor de piel, “no me importa que me respondan, no me canso de preguntar y quiero aprender todo el tiempo”.

Tras la cultural gestión de Lidia Juárez… Romina Sánchez, aires de cambio en Textiles.

HERNAN A. GIACOMELLI

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