ANÁLISIS Y OPINIÓN
Pegar el volantazo
Por Juan Manuel Morena, director de Mundo Gremial

No es una época de cambios en el sistema gremial, es un cambio de época. Para algunos en su fuero interior todo sigue igual, o mejor dicho, sus actos lo confirman.
Saber que tenés secreto de sumario en una causa en tu contra, como tenía Marcelo Balcedo, es saber que te van a caer. Sus actos confirmaron que no quería cambiar.
El caso de Bahía Blanca de la UOCRA tiene el mismo tenor, y tenían las bolsas de plata en su poder. Bolsas con fajos, que dicen “vení a buscarme”.
El sentido profundo de impunidad y un entorno viciado es una fórmula que te lleva al penal, directo. Y el que pierde no es el dirigente, siempre es el trabajador.
Los sindicalistas que están viviendo este cambio de época, tienen que tomar el toro por las astas y hacer un cambio de paradigma, no que le hagan el cambio desde afuera. Una diputada cordobesa que les hable de limitar las reelecciones, por ejemplo. (Si hacés eso ahora les aseguras 8 años a tipos que tienen 75 promedio. Un bocho la cordobesa).
El verdadero cambio tiene que ser en los requisitos y los institutos que garanticen el acceso a ser electo, en reformar estatutos que faciliten la representación, como el caso insostenible de la UTA (para ser delegado tenés que ir en una lista con otros 2500 delegados en todo el país). Pero son ellos los que tienen que dar ese paso, por su propia autonomía.
Es pleno el cuestionamiento público al sector. Llamen a una gran elección masiva de los cargos, hagan una gran demostración, anuncien un cambio de época desde ustedes, porque es el momento, y cambian la carga de la prueba si lo hacen.
Es el momento de redoblar la apuesta y que los trabajadores los respalden. Comuniquen, apuesten a la publicidad de los actos, comparen sus logros con la situación de los trabajadores del sector en otros países, demuestren el nivel que tienen, que es superior al resto.
Cuenten la calidad de los servicios en obras sociales, y cuenten que pagan por paciente un cuarto de lo que paga el sistema público y las prepagas, porque realmente son eficientes y solidarios, por eso no se las quitan.
Cuenten que los convenios colectivos de trabajo son mejores que el resto de Latinoamérica, y lo que sufren el resto de los trabajadores en el mundo. Pero si no lo cuentan ustedes, no lo cuenta nadie.
Inviertan la pirámide, pongan los trabajadores primero, segundo las organizaciones y por último los hombres. Correrse no es la muerte. Es el momento de los inteligentes, de los sabios, de los mejores (a Rucci lo mataron porque era el mejor, no se olviden). El momento es este, después no hay momento.
