En una declaración realizada durante un encuentro del Ateneo Bancario Metropolitano (ABM), que encabeza, Berrozpe indicó que ello debe ser así fundamentalmente teniendo en cuenta «el quebranto de Europa y la experiencia argentina vivida en 2001».
«Los trabajadores y los argentinos no pueden dormirse en los laureles de los logros de los últimos ocho años, ya que resulta evidente que todavía hay mucho por hacer», afirmó Berrozpe.
Opinó que es «imprescindible» que los trabajadores garanticen «el triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en la primera vuelta de octubre próximo», apuntando a «promover reformas para consolidar un modelo de crecimiento con justicia social», así como «las reformas financiera y tributaria».
«Ellas deben ir de la mano para atender la demanda de crédito asequible de sectores productivos, responder a las necesidades de vivienda, asistencia de la salud y la situación de los jubilados», subrayó el dirigente durante un encuentro del Ateneo.
Resaltó que la profundización de la crisis de Europa y Estados Unidos desde 2007 y sus graves consecuencias sociales «no pueden ser ignoradas por los argentinos, y mucho menos el papel protagónico e irresponsable del sector financiero como el quiebre de un paradigma empresario, centrado en la transformación de ganancias en activos financieros volcados a la especulación».
«Mucho más deben ser tenidas en cuenta estas cuestiones cuando, como ocurrió en 2007, se pretendió que parte de esa crisis la pagaran los argentinos, como si no hubieran vivido por motivos análogos la situación de 2001, anticipatoria de lo que hoy se observa en Grecia, España, Portugal o Italia», puntualizó.
Berrozpe reseñó que fueron «los lineamientos económicos determinados por Néstor Kirchner en 2003, hoy continuados por Cristina, los que permitieron superar la propia realidad con un excepcional período de recuperación económica y una más justa redistribución de los ingresos a favor de los trabajadores, y también las repercusiones del quebranto de los países centrales».
Advirtió que con la actual oleada de quebrantos europeos habrá «nuevas repercusiones», más aún a partir de la conducta de los grupos económicos más concentrados de la Argentina, pues «no se puede olvidar el grado de extranjerización de esos sectores, que insisten en especular con sus ganancias, en transformarlas en activos financieros, en exportar o en fugar capitales».
Aseguró que esa actitud favorece «el negocio de los banqueros, que no quieren una reforma financiera real que ubique el ahorro producto del trabajo al servicio de los argentinos», y sostuvo que también «les interesa que el costo del dinero sea caro, por lo que tampoco desean una estructura tributaria más justa».
«Los trabajadores necesitan a Cristina presidenta y, Cristina presidenta, a los trabajadores organizados como protagonistas del debate sobre las cuestiones nacionales. Sin este respaldo es imposible afrontar las grandes reformas pendientes, en ausencia de las cuales puede ingresarse en una situación regresiva, dejando afuera a miles de familias sin trabajo decente aún», advirtió.
Berrozpe explicó que es hora de «elevarse por encima de cuestiones locales y rencillas domésticas», muchas veces promovidas por «ciertos medios y círculos de la corporación política que, desde hace mucho años, redujeron a la nada la vida de los partidos», pues «les molesta todo aquello que signifique organización, sobre todo sindical y de los trabajadores».
Añadió que «esos sectores de la clase política y ciertos empresarios recuerdan bien que fue desde los espacios más dinámicos del movimiento sindical, desde los sindicatos combativos, los `25` o el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), que se respondió primero a las dictaduras y, luego, a gobiernos que traicionaron el mandato popular».
«Esa organización sindical exhibió virtudes que muchos dirigentes partidarios no tuvieron, como poner el cuerpo y la vida y anticipar, como en los años `90, que se marchaba al desastre de 2001», dijo Berrozpe, quien destacó que hasta octubre próximo «habrá muchos obstáculos y provocaciones».
Berrozpe aseveró que existen dos prioridades: garantizar por el voto popular el triunfo en primera vuelta de Cristina y continuar representando a los trabajadores en los lugares de labor, con capacidad de anticipación, en la promoción de esas reformas financiera y tributaria, de los derechos de los más postergados, de los jubilados y de quienes carecen aún de empleo decente.
Concluyó afirmando que esa defensa de los derechos debe incluir también a quienes trabajan en negro y sufren regímenes de esclavitud a partir de las tercerizaciones y exaltó que «en ningún país habrá democracia real sin esa partipación».
